Levi Ackerman (One shots) (+18)

18

*Aviso: Levi + Eren + ____*

Metí la llave en la puerta del piso con cuidado, era tarde y no quería hacer ruido. Hizo un pequeño "clic" y se abrió.
Entré y colgué en la percha el bolso que cargaba.
Cerré la puerta con suavidad y seguidamente caminé por el pasillo hasta llegar a la habitación que había a la derecha. Asomé la cabeza y vi el gran bulto de mantas que había en la cama, haciéndome saber que el pelinegro estaba plácidamente dormido debajo de éstas.
Entorné la puerta y me asomé a la habitación que había al otro lado.
Al contrario que el anterior, éste se encontraba durmiendo en forma de estrella de mar, con las mantas desparramadas mientras dejaba salir suaves ronquidos de su boca entreabierta.
Reí interiormente, sin poder evitar pasar la mirada por su torso escaso de ropa, reparando en los marcados abdominales que tanto me gustaban.

Dejando a un lado los pensamientos obscenos fui a mi habitación, cerrando la puerta y apoyándome en ella al finalizar.

—Tanto trabajo me va a matar algún día... –dije en un suspiro cansado.

Me desvestí y entré al aseo, relajándome al sentir el agua caliente por mi cuerpo.
Cuando terminé, me coloqué unas bragas y una camiseta ancha.
Finalmente me dormí enseguida nada más tumbarme en la cama, cayendo rendida por el cansancio.

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Su mano acarició la mía hasta entrelazar nuestros dedos. Una suave brisa ondeaba nuestros cabellos y el sol nos rozaba la piel.
Miré el mar, adorando el vaivén de las olas que terminaban en la orilla, deleitándome con el hermoso sonido que producían.
Giré el rostro hasta toparme con sus ojos igual de azules que el agua que se encontraba a escasa distancia de nosotros. Me miraba enternecido, como si el paisaje presente no fuera nada comparado conmigo.
Brad se arrodilló, y sacó de su bolsillo una pequeña caja aterciopelada.
Llevé la mano a mi boca de forma inconsciente y mis ojos se humedecieron, sabiendo lo que eso significaba.

El peso de alguien tumbándose en la cama me despertó.

—¿Qué haces aquí? –murmuré adormilada.

—El mocoso de Eren me ha despertado –dijo entre dientes–, no sabe vivir sin ser jodidamente ruidoso.

—Tú acabas de interrumpir mi sueño con Brad Pitt, –gruñí girándome y dándole la espalda– eso es mil veces más grave que hacer ruido.

Uno de sus brazos rodeó mi cintura, pegándose a mí por completo.

—La diferencia es que yo soy mucho mejor que ese tal Brad Pitt. –besó mi cuello para luego morderlo, y movió su pelvis contra mi trasero, haciendo notar su marcada erección matutina mientras que sus dedos jugaban con el borde de mis bragas.

Jadeé moviendo las caderas instintivamente contra él, sacándole un pequeño gruñido.

—BUENOS DÍAS PEQUEÑA, ¡YA VA SIENDO HORA DE DESPERTARSE! –Eren entró a la habitación gritando mientras golpeaba una olla con una cuchara– Anda, si estás aquí. –miró al pelinegro.

—Tch, púdrete. –maldijo Levi separándose de mí y lanzando un cojín que el castaño esquivó.

—Mira... si llego a estar durmiendo y me despiertas de esa forma, te dejo sin día del padre. –amenacé al ojiverde.

—Menudo humor tenéis por la mañana... –murmuró.

Me levanté ignorándolos y entré al baño. Hice mis necesidades y me aseé aun con el cansancio presente.

Al salir, Eren ya no estaba y Levi se encontraba durmiendo en la cama.
Suspiré, tapándole con las mantas.
Si a mí el trabajo me dejaba molida, no quería ni pensar cómo estaría él que trabajaba el doble.