17

24.5K 709 1.1K
                                    

El maldito sonido del despertador me hizo maldecir.
Me froté la cara con las manos a la vez que suspiraba frustrada.
Seguidamente dejé caer los brazos en la cama, pero uno de ellos se vio interrumpido por el cuerpo masculino que se hallaba durmiendo a mi lado.

—Ouch, buenos días a ti también. –se quejó Jean despertándose por el golpe recibido.

Reí y se giró, quedándonos cara a cara.

—Buenos días. –sonreí y le besé.

Nuestros labios danzaban con suavidad, y la temperatura empezó a aumentar poco a poco cuando mordisqueé su labio inferior, terminando por unir nuestras lenguas.

Me incorporé y me coloqué sobre su regazo. Estábamos desnudos por la sesión de sexo de la noche anterior, por lo que noté su miembro ya endurecido en mi entrepierna.
Un gemido brotó de mi garganta cuando moví las caderas frotándome sobre él. Suspiró y apretó mis nalgas, besando y mordiendo mi cuello.

El sonido de alguien tocando en la puerta nos detuvo.

—Demonios... –refunfuñó el castaño.

—Voy a pasar por alto que estáis los dos ahí dentro, –el capitán Levi habló desde el otro lado– más os vale estar listos en cinco minutos.

Se oyó el sonido de sus zapatos, dando a entender que estaba alejándose de la puerta.

—Cabrón... –gruñí aún con el calentón.

—Venga, vamos... –me dio un beso rápido– luego seguiremos con esto.

Dio una sonrisa ladeada y a regañadientes me levanté.
Ambos empezamos a vestirnos con prisas, sabiendo que era mejor no tentar la paciencia de Levi.

Bajamos al salón, y al llegar nos sentamos para desayunar.
Levanté la cabeza y una mirada gris chocó con mis ojos.

Y de nuevo ahí estaba, un cosquilleo aparecía en mi estómago cada vez que me encontraba con el pelinegro.
Me recriminé a mí misma, intentando ignorar las mariposas que revoloteaban a su antojo.

Su mirada viajó de Jean a mí, y entrecerró los ojos mientras llevaba la taza de té a su boca.

—Estáis hechos el uno para el otro, no sois nada puntuales. –Connie codeó entre risas al castaño situado a mi lado.

Éste se sonrojó, riendo nervioso.

—____, hoy toca entrenar con los caballos. –comentó Eren sentado a mi otro lado mientras comía un trozo de pan– Aunque probablemente tú anoche ya montaste lo suficiente.

Abrí los ojos y llevé la mano a mi boca para callar una fuerte carcajada que amenazaba con escaparse.

—¿Me estás llamando caballo, imbécil? –Jean intervino.

—No, pero si te has dado por aludido por algo será. –el ojiverde contestó con burla.

Los dos hicieron el amago de levantarse para pegarse, pero el capitán los interrumpió.

—Ahí quietos. –dijo amenazante.

Ambos se paralizaron por un momento, y seguidamente volvieron a sus asientos.
Mordí mi labio, reprimiendo una sonrisa mientras los ojos del pelinegro me observaban.

Más tarde me dirigí a la cuadra para ensillar al caballo, se me había hecho tarde de nuevo porque Connie y Sasha habían manchado mi uniforme en una guerra de comida.

Entré a la cuadra, y justo al haber terminado de preparar al caballo, un sonido extraño me alertó. Lentamente me asomé al rincón de donde provenía y vi a dos figuras dándose el lote.
El suelo crujió por mis pasos y entonces me di cuenta de quiénes eran. El capitán Levi y Petra se separaron de golpe, colocándose la ropa a medio quitar.

Levi Ackerman (One shots) (+18)Where stories live. Discover now