20

25.9K 875 881
                                    

—¡¡¡AAAAAHHHHH!!! –grité cuando noté algo rozar mi dorso, sobresaltando a los demás.

—¿¡Estás loca!? –se quejó Eren llevándose la mano al pecho por el susto.

—C-Creo que tengo un bicho en la espalda. –comenté paralizada por el miedo.

—No, era la rama de un árbol. –respondió Mikasa mirando el palo en el suelo.

Enseguida las carcajadas de Connie y Sasha se escucharon por todo el bosque, haciendo eco.

—Tch, cerrad la boca. –el capitán Levi habló, silenciando a los mencionados anteriormente.

Después de un rato andando por el bosque, llegamos al lugar donde habíamos montado el campamento.
Estábamos de expedición y por lo tanto debíamos cambiar de sitio cada poco tiempo.
Levi se dirigió a hablar con Hange y Erwin, y nosotros nos sentamos al lado de las tiendas de campaña.

—¿Ya es hora de comer? –preguntó Sasha con la baba cayéndole por la comisuras de la boca.

—Pero si hace media hora que has comido. –respondió Armin sorprendido.

—Eso no importa, siempre es buena hora para comer. –concluyó la castaña.

—No tienes remedio... –Connie suspiró.

Sonreí ante esa escena, eran adorables.
Unos segundos después cogí uno de los vasos que había y eché agua en él. Lo llevé a mis labios, y di varios tragos antes de retirarlo. Suspiré con pesadez, mirando fijamente la hierba.
De repente Jean se sentó a mi lado, pasando su brazo por mis hombros, rodeándome.

—Te veo pensativa, ¿estás bien?

—Sí, claro. Sólo estoy distraída. –sonreí.

—Hmm... –murmuró dubitativo acercando su rostro al mío.

Me removí incómoda por la situación, y enseguida me aparté.
De reojo visualicé a cierto pelinegro, el cual nos observaba con el ceño fruncido y con cara de pocos amigos.

—Esto... me voy a dar una vuelta. –anuncié levantándome.

—¿Quieres que te acompañe? –preguntó el castaño desconcertado por mi repentina acción.

—Huh... no es necesario. Ahora mismo prefiero estar sola... pero gracias. –le sonreí antes de empezar a andar.

Me alejé de los demás. Caminaba sin rumbo fijo, mirando todo lo que me rodeaba y prestándole atención hasta a los detalles más pequeños. Cerré los ojos e inhalé profundamente para luego exhalar, disfrutando la sensación de estar rodeada por la naturaleza.
Minutos más tarde, unas manos agarrando mi cintura me sobresaltaron.

—Por dios, no me asustes de esta forma. –dije con la mano en el pecho, notando mi corazón acelerado.

—Eres demasiado asustadiza... –añadió él antes de rodearme con sus fornidos brazos y abrazarme por la espalda.

No pude evitar echar la cabeza hacia atrás hasta apoyarla en su hombro.
Levi recorrió mi cuello con sus labios, besándolo primero con suavidad para seguidamente lamerlo con más ahínco, creando una marca de color oscuro sobre mi piel.

—¿Marcando territorio? –pregunté divertida.

—Por supuesto. –murmuró en un gruñido.

Su mano ascendió a uno de mis pechos y lo apretujó, sacándome un pequeño jadeo.

—Vaya, has venido con ganas de jugar. –reí con suavidad.

—Es jodidamente difícil tenerte delante todo el tiempo y no poder follarte... –mordisqueó el lóbulo de mi oreja.

Levi Ackerman (One shots) (+18)Where stories live. Discover now