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Mataba el tiempo tirada en la cama y jugando con el móvil.

—Mierda. –maldije cuando perdí la partida por tercera vez.

Mis ganas de lanzar el móvil por la ventana aumentaron.
Inhalé con profundidad y dejé el móvil a un lado, rezando para que la poca paciencia que me quedaba no se fuera a tomar por culo.

El sonido del timbre me sacó de mis pensamientos. Sonreí incoscientemente, me levanté de la cama y fui con rapidez a abrir la puerta.
Al hacerlo, me encontré a Levi con una bolsa en la mano y una mochila en su espalda.

—He comprado hamburguesas, pensé que te apetecerí...-le interrumpí rodeándolo con mis brazos.

Con su brazo libre respondió a mi abrazo.

—Por supuesto, gracias. –dejé sobre sus labios un pequeño beso– Entra.

Mis padres se habían ido el fin de semana de viaje, y como no tenía ganas de estar interfiriendo en su nube de amor preferí quedarme en casa.
Así ya de paso, aprovechaba y pasaba ese fin de semana con el ojigrís.

—Voy a cambiarme, dame un momento. –anunció dejando la bolsa de comida sobre la mesa.

Asentí en respuesta al mismo tiempo que me disponía a elegir la película que veríamos.

Apareció de nuevo, vestido con un pijama que consistía en un pantalón corto suelto y una camiseta ancha.
Se sentó en el sofá, mirándome con curiosidad.

—¿"Bambi" o "cómo entrenar a tu dragón"? –pregunté con indecisión.

—Lo que prefieras. –se encogió de hombros.

Hice un puchero, debatiendo conmigo misma.

—Dime, 1 o 2. –pedí.

—¿Huh? ¿Para qué? –frunció el ceño.

—Tú sólo hazlo.

—Mh... 1. —dijo dubitativo.

—Será 2. —concluí, eligiendo "cómo entrenar a tu dragón".

—¿Entonces para qué me preguntas? –cuestionó intrigado.

—Porque de esa forma, en el momento me dices un número ya sé cuál es la que más me apetece ver. –expliqué.

Sonrió negando con la cabeza ante mi ocurrencia a la vez que yo me dedicaba a poner dicha película.
Seguidamente, me senté a su lado en el sofá, y empezamos a comernos las hamburguesas y las patatas que había traído.

Al terminar de cenar, apoyé la cabeza sobre sus piernas mientras miraba la televisión embelesada y él se dedicaba a acariciar mi pelo. Respiré profundamente, sintiéndome en el cielo.

Más tarde, la película finalizó, dejándome una sensación extraña en el cuepo. Qué bonito sería tener una mascota.

—Levi, quiero un dragón. –pedí haciendo un puchero.

—Un poco complicado, ¿no crees?
–sonrió divertido.

Posicioné mis piernas a cada lado de su cuerpo, quedando él debajo de mí. Apoyó las manos sobre mis caderas y yo llevé las mías a su cuello.

—Entonces tú serás mi dragón.
–sonreí encogiéndome de hombros.

—¿A parte de tu novio quieres que sea un dragón? –su pecho vibró por su suave risa.

—Exacto. A ver, ruge. –froté mi nariz con la suya, haciendo un beso de esquimal.

—Hum... ¿rawr?

Levi Ackerman (One shots) (+18)Where stories live. Discover now