Capítulo 20

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Tras haber dormido en lo de Thomas, Elliot y yo nos levantamos y desayunamos junto a su padre y Maxine. Aún seguía procesando lo que había descubierto sobre Diana, aunque no sabía qué estaba pasando por la cabeza de mi novio. Tras terminar el desayuno, Elliot y yo nos despedimos de todos y volvimos caminando a casa de su madre, quien probablemente estaría muy preocupada. Mientras caminábamos tomados de la mano, observé la expresión que ponía el pelirrojo cada vez que estaba pensando en algo.

—Dime en qué piensas —sonreí.

No sé cómo enfrentar a mi madre —dijo preocupado.

Diana no me parecía una persona resentida; por el contrario, la consideraba totalmente razonable. Aún así, debía decir algunas palabras de aliento al chico junto a mí, quien esperaba mi respuesta con bastante ansia.

—No te preocupes, todo estará bien —sonreí, aunque en realidad no era algo que pudiese asegurar.

Elliot sonrió algo preocupado y seguimos caminando en silencio, observando el camino que recorríamos usualmente. Al llegar a casa de Diana, Lea y Anabella nos recibieron muy contentas, aunque se notaba que estaban algo inquietas por algo.

Al no ver a su madre en la casa, Elliot mostró una expresión de decepción y me avisó que iría a darse un baño. Me senté en el sofá junto a Lea y aproveché la oportunidad para cepillar el cabello de Anabella, quien parecía que se había despertado hacía muy poco.

—¿Vieron a su madre hoy? —pregunté sonriendo.

Lea me miró tristemente y negó con su cabeza, mientras que su hermana se quedó en silencio. ¿La situación era más complicada de lo que yo pensaba? Realmente las peleas con mis padres resultaron mucho peor y por cosas más pequeñas, por lo que mi cerebro no alcanzaba a dimensionar lo que esta pelea significaba para esta familia.

Tras unos pocos minutos, Elliot salió ya vestido del baño y se sentó a mi lado, cruzando su brazo por mis hombros mientras miraba el programa que estaba siendo transmitido en la televisión, aunque en realidad no parecía estar prestándole mucha atención.

—¿Qué quieren almorzar? —sonrió a sus hermanas.

—Cualquier cosa que tú cocines es deliciosa —dijo Anabella, cambiando el programa que Elliot estaba "viendo" para poner un programa infantil.

Elliot se rió y, tras besar mi mejilla, se levantó y se dirigió a la cocina. Tras ver a su hermano cerrar la puerta, Lea se sentó junto a mí y me miró algo desanimada, lo que me dió a entender que algo había sucedido con su madre.

—Puedes contarme —sonreí.

Ella observó momentáneamente a su hermana menor, quien seguía concentrada en la televisión, y regresó su mirada hacia mí.

—Mamá anoche se quedó llorando después de que ustedes se fueran —dijo preocupada—. Hoy al despertarnos, mamá hizo nuestro desayuno en silencio y luego se despidió, pero se veía muy apagada.

¿Diana ya había asumido que Thomas nos contaría su versión de los hechos? Lo más probable es que creyera que Elliot se enojaría con ella y le contaría todo a sus hermanas, aunque no es el tipo de reacción que yo esperaría del pelirrojo.

—No te preocupes, las cosas se resolverán de la mejor manera —acaricié la mejilla de Lea, observando una sonrisa formarse en su rostro.

—¿Sabes? A veces quiero tener un novio rudo y genial como mi hermano, pero otras veces pienso en alguien dulce y gentil como tú —se rió avergonzada—. ¿Crees que encontraré a alguien bueno?

A veces olvidaba que Lea seguía siendo una niña y, por lo tanto, tenía ese tipo de preocupaciones. El año entrante estaría cambiando de escuela y comenzaría una etapa muy distinta en su vida.

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