Capítulo 7

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Mis sentimientos seguían confusos al recordar lo ocurrido la noche anterior. Apenas había podido dormir al intentar entender el porqué de que Elliot lo besara repentinamente. Él había dicho que sus sentimientos estaban confusos, pero no podía referirse a que se estaba enamorando de mí, ¿no? Después de todo, eso era casi imposible.

En el camino a la escuela no me encontré con Kai, lo que se me hacía algo extraño ya que vivíamos muy cerca. Se sintió bastante solitario el camino a clases, pero servía para pensar en todo lo que había pasado el día anterior.

Cuando entré en el salón de clases, Elliot no se encontraba en su lugar. Kai me saludó alegremente con la mano y le correspondí el saludo; él se sentaba frente a mí, así que podíamos hablar casi todo el tiempo con mucha facilidad.

Viendo que faltaban sólo 5 minutos para que tocara la campana y Elliot aún no aparecía, decidí enviarle un mensaje preguntándole si algo había pasado; respondió casi al instante diciendo que tenía fiebre y que por eso hoy no iría a la escuela.

—Así que es eso... —susurré para mí mismo, preguntándome si podía ayudarlo de alguna manera.

Kai me escuchó y se asomó descaradamente para ver con quién me estaba mensajeando, frunciendo el ceño al ver de quién se trataba.

—¿Qué ves en él? —preguntó, haciendo un puchero—. ¿Es porque es muy alto y atractivo? Porque después de eso, su personalidad parece apestar —gruñó, logrando que me enfadara.

—¡No hables así de él! Ni siquiera lo conoces —le reproché, frunciendo mi ceño.

Kai pareció sorprenderse de que me enfadara de esa manera y se rascó nerviosamente su nuca, pidiéndome disculpas. Por suerte, la campana sonó y el profesor entró al salón de clases. No quería seguir hablando sobre eso con él, pues no le gustaba la forma en que hablaba de Elliot.

→∆←

Al terminar las clases, tomé mis cosas y me acerqué a Derek, quien ya había tomado su mochila.

—Disculpa, ¿puedo preguntarte dónde vive Elliot? —reí nervioso. Derek simplemente sonrió y me mandó un mensaje con la dirección.

Pasé por una tienda y compré algunas cosas para que Elliot coma, pues si tenía fiebre probablemente fuese una gripe. Caminé hasta la dirección que Derek me pasó y llegué a una casa pintada de blanco, llena de flores en cada ventana. Golpeé la puerta y una niña de unos 9 años abrió la puerta, asomando sólo su rostro.

—¿Sí? —preguntó curiosa.

—Ah, disculpa, vengo a visitar a Elliot —dije sonriendo, observando la expresión ahora más sonriente de la niña.

Sacó el seguro de la puerta y la abrió, haciéndome señas de que pase. La casa por dentro era de color amarillo pálido y los muebles estaban todos pintados de blanco; si bien era pequeña, parecía un hogar muy cálido.

La niña volvió corriendo con Elliot detrás de ella, quien lucía algo cansado y vestía ropa de entrecasa. Al verme, mostró una expresión de sorpresa y a la vez nerviosismo, mirándose a sí mismo como iba vestido.

—Si me avisabas que vendrías podría haberme cambiado —dijo haciendo un puchero, causando que me riera.

—Está bien, sólo vine a ver cómo estabas y traerte comida —levanté la bolsa que traía y la niña comenzó a tirar de la remera de Elliot.

Si decides querermeWhere stories live. Discover now