Capítulo 5

1.9K 211 137
                                    

Elliot y yo nos despertamos al día siguiente aún abrazados. Al ser yo el primero en despertarse, decidí ir primero a bañarme y así no tener que encontrarnos en una situación incómoda. No podía negar que estaba feliz de haber dormido abrazados toda la noche, pero era incómodo tener que hablar sobre eso.

Salí de bañarme y me vestí con una remera celeste y unos jeans blancos, como de costumbre. Cuando volví a mi habitación, Elliot ya estaba despierto.

—Hola —saludó, aún medio dormido.

—Hola, ¿dormiste bien? —pregunté. Mi mente se dió cuenta al instante de a lo que podía llevar esa pregunta, por lo que cambié de tema enseguida—. ¿Quieres darte un baño? Debo tener ropa interior nueva en mi cajón —reí nervioso, buscándola enseguida.

Elliot asintió y se dirigió hacia el baño. Al verlo irse, suspiré y puse mis manos sobre mi pecho, pudiendo escuchar de manera clara a mi corazón palpitar rápidamente.

Busqué ropa interior nueva y tomé una toalla limpia de mi clóset, tocando la puerta del baño. Elliot me avisó que entrara y eso hice; abrí la puerta lentamente y dejé las cosas sobre el mueble del baño.

—No me estarás espiando, ¿no? —insinuó Elliot, riéndose al instante.

—¡Por qué haría eso! —grité avergonzado, saliendo del baño y cerrando fuertemente la puerta.

Me daba vergüenza el simple hecho de imaginar a Elliot desnudo, aunque ayer había podido verlo en ropa interior.

Bajé las escaleras hacia la cocina y preparé café para Elliot, mientras que yo me preparé un té verde. A los minutos, él también bajó a la cocina.

Nos sentamos uno junto al otro en el sofá y pusimos una película en Netflix. Elliot había preparado pan tostado con dulce de mermelada, por lo que estábamos comiendo muy felices.

Se escuchó una notificación de mensaje y tomé mi celular, observando el nombre que aparecía en la pantalla: Kai Kushieda.

—¿Quién es? —preguntó Elliot, mirando de reojo.

—Ah, se podría decir que un amigo de la infancia —contesté.

En el mensaje, Kai me avisaba que se encontraba en la ciudad y que le encantaría que nos viéramos; hacía unos 2 años que no lo veía, así que me entusiasmaba muchísimo la idea.

Kai respondió enseguida mi mensaje, preguntándome si podía venir a mi casa ahora.

—¿Te molesta si viene Kai? Sólo será un rato —le pregunté a Elliot.

—No hay problema, me iré después de terminar el desayuno —contestó Elliot.

Le escribí a Kai diciéndole que podía venir ahora y dejé el celular sobre la mesa. Elliot se veía concentrado mientras veía la película, por lo que comencé a observarlo de reojo; si bien recién nos levantábamos, se veía realmente guapo.

Luego de unos 10 minutos, sonó el timbre de mi casa. Me levanté rápidamente y abrí la puerta, encontrándome con un chico totalmente distinto del que recordaba. Kai sonrió y me abrazó fuertemente, levantándome en el aire.

—¡Kai! ¿Realmente eres tú? —dije sonriendo.

El Kai que yo recordaba era un chico casi tan bajo como yo, muy tímido y reservado; ahora se encontraba frente a mí un chico de al menos 1.80, con los brazos tatuados y muy apuesto, como un modelo.

—Tomaré eso como un cumplido —rió.

Lo invité a pasar a casa y, al divisar a Elliot, mostró una sonrisa aún más amplia.

Si decides querermeWhere stories live. Discover now