Capítulo 4

1.8K 222 89
                                    

Si bien mi corazón dolía muchísimo, seguí estando junto a Elliot. Él había comenzado a hablar con la chica que se acercó le otro día, cuyo nombre era Rebeca Black; ella realmente era bellísima, con su cabello castaño y sus ojos bien café. Para hacerme sentir peor, ella media al menos 1.70, lo que me hacía ver más bajo y me acomplejaba más de lo normal.

Los recreos terminaban siendo 15 minutos de ellos besándose en el lugar donde antes yo estaba con Elliot; para no lastimarme, comencé a buscar excusas para no estar con ellos; iba a la biblioteca y me sentaba a leer, aunque no podía concentrarme.

Un día estaba en la biblioteca y Derek se sentó en la misma mesa aunque frente a mí. Le sonreí y él me devolvió la sonrisa, aunque se notaba en su rostro que se veía preocupado.

—Dime... A ti realmente te gusta él, ¿no? —preguntó, mostrándome una expresión que denotaba su preocupación.

Sentí que mi corazón dolía mucho al escuchar esa pregunta y asentí con mi cabeza, tratando de no mostrarme muy afligido. Derek comprendió que a mí me dolía muchísimo hablar del tema, por lo que se quedó junto a mí el resto del recreo.

→∆←

Cuando sonó la campana que indicaba el final de clases, guardé rápidamente mis cosas y me encaminé hacia la salida. Antes de poder salir del establecimiento, sentí que me tomaban el brazo y me di vuelta; Elliot estaba respirando de manera agitada y suspiró.

—No te vayas tan rápido —se quejó, reincorporándose.

—Creí que te irías con... ella, como has hecho los últimos días —dije seriamente, comenzando a caminar nuevamente.

—¿Qué, estás celoso? —insinuó riendo, dándome una palmada en la espalda.

—Claro que no, no seas ridículo —me defendí—. Se supone que no se deja de lado a los amigos, aún por la... novia —suspiré.

Odiaba decir esa palabra. Odiaba pensar en Rebeca como la novia de Elliot.

—No es mi novia —dijo seriamente.

Lo miré sorprendido y Elliot me explicó que sólo necesitaba estar con alguien para no pensar en Derek.

Mis padres no estarían en casa en 3 días, por lo que Elliot vendría a hacerme la cena. No es como si yo hubiese pedido un chef, pero él mismo se ofreció al explicarme que sino moriría comiendo comida chatarra.

Llegamos a mi casa y Elliot se puso a revisar qué ingredientes tendría hoy. Su celular no dejaba de sonar, pero él simplemente lo ignoraba.

—¿Por qué no respondes? —pregunté.

—Primero, porque estoy contigo —dijo, logrando que me sonrojara levemente—. Segundo, sé que es Rebeca. Le dije que estaría ocupado y aún así insiste en que vaya a quedarme a su casa porque sus padres no están.

Lo miré asombrado, pues era un clara indirecta de parte de ella. Elliot observó mi expresión y suspiró.

—No me interesa acostarme con ella. Sólo lo haría con alguien que realmente me gustara —aclaró, comenzando a cocinar.

En parte me alegraba que él pensara eso pero, por otro lado, me daba un poco de pena por ella. Aún así, lo más probable era que Elliot, siendo como es, le haya aclarado que no le interesaba mantener un vínculo con ella.

Si decides querermeOnde as histórias ganham vida. Descobre agora