Capítulo 17

2.3K 183 76
                                    

Elliot y yo decidimos hacer un mini viaje hacia un pueblo cercano con Diana y las chicas; sólo nos quedaríamos un fin de semana, pero confiábamos en que pasaríamos unos días muy lindos allí. Diana había alquilado dos cabañas que estaban una junto a la otra; en una nos quedaríamos Elliot y yo y en la otra ella, Lea y Anabella. Ahora nos encontrábamos realizando el viaje en auto, el cual hace poco habían podido comprar con mucho esfuerzo; por suerte, Elliot ya había aprendido a conducir hace un tiempo y le había pedido a su madre que le deje llevarnos hasta el pueblo.

—Dicen que hay un río muy lindo —dijo Lea, quien iba sentada en la parte de atrás del auto con Anabella y conmigo.

Ellos no solían viajar nunca al ser muy costoso, pero en el último mes le habían aumentado el sueldo a Diana; además yo había tomado dinero de mis ahorros para ayudar con los costos del viaje, pues no dejaría que ellos paguen todo.

Después de una hora y media de viaje, finalmente llegamos al pueblo y Elliot dió una vuelta antes de dirigirnos hacia nuestro hospedaje. Al llegar, todos nos quedamos encantados con las hermosas cabañas donde nos quedaríamos; tenían una pequeña cocina con el comedor en la misma habitación, toda rodeada de roble y piso de madera. El baño tenía un inmenso jacuzzi y la iluminación era simplemente maravillosa, mientras que la habitación donde me quedaría con Elliot tenía una cama matrimonial y un televisor gigante, con una ventana que nos mostraba una estupenda vista hacia el pueblo.

Elliot y yo dejamos nuestras cosas en la cabaña y nos dirigimos a donde se encontraban Diana y las chicas, quienes estaban preparando unos sandwiches para que comamos en el almuerzo; me ofrecí a ayudar pero me dijeron que me relaje, por lo que me senté en el sofá junto al pelirrojo.

—Me sorprende que tus padres hayan accedido a dejarte venir al viaje —dijo Diana, quien puso los platos sobre la mesa.

—Desde que saben quién es el padre de Elliot han estado muy permisivos —dije riendo, levantándome del sofá y sentándome en una silla junto a la mesa.

El resto de la familia se sentó también y todos comimos muy animadamente, planeando lo que haríamos durante el resto del día. Las chicas querían visitar el pequeño centro comercial del pueblo, el cual en realidad era una galería en la calle principal; Elliot quería hechar un vistazo al río, mientras que a Diana y a mí cualquier cosa nos parecía bien.

Al terminar de comer, Elliot junto los platos de la mesa y los lavó rápidamente; ya hacía tiempo que lo había notado, pero el pelirrojo era muy eficaz a la hora de hacer los quehaceres de la casa. Me daba mucha vergüenza creer en algún momento que Elliot era un chico arrogante y altanero, cuando en realidad era muy romántico y humilde.

Las chicas se prepararon rápidamente y emprendimos camino hacia el centro comercial, el cual sería nuestra primer parada. Decidimos que lo mejor sería ir caminando, pues el lugar quedaba bastante cerca y podríamos conocer mejor si hacíamos el camino a pie; Elliot tomó mi mano y me dirigió una sonrisa, logrando que un montón de alegría recorriese todo mi cuerpo. Las acciones tan pequeñas como tomarnos de la mano lograban hacerme el chico más feliz, pues hace unos años jamás habría imaginado encontrarme junto a Elliot de esta manera. Lea comenzó a tomarnos fotos muy contenta y nos avisó que luego nos las enviaría.

Al llegar al centro comercial, las chicas comenzaron a entrar a todas las tiendas, arrastrando a su hermano mayor con ellas. Diana y yo los seguimos en silencio, hablando de temas triviales y pasando un buen rato juntos. Lea vino por mí y me forzó a probarme un montón de ropa, diciendo que debería renovarme y probar con algo nuevo.

—Jean, ¿jamás tuviste una época dark o algo por el estilo? —preguntó Lea, quien seguía buscando ropa que me quedase bien.

Aunque me preguntase eso, simplemente no podía recordarlo; mi infancia y adolescencia habían transcurrido de manera tan monótona que no tenía ningún recuerdo destacable, por lo que asumí que siempre me había visto igual. Lea me miró curiosa y sonreí, negando con mi cabeza para darle una respuesta a su pregunta. Elliot salió de un probador con una remera de color verde claro y unos jeans de color gris, viéndose realmente atractivo a mis ojos; por lo general, él solía vestirse con colores oscuros, contrario a mí que siempre vestía colores claros.

Si decides querermeWhere stories live. Discover now