Capítulo 14

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Narrador: Elliot

Después de que los golpes de Jean Lucas se curasen completamente, él decidió asistir nuevamente al colegio. Más allá de todo este problema con sus padres, él no podía permitirse bajar sus notas ahora; el año entrante comenzaríamos a asistir a la universidad, por lo que su promedio casi perfecto podría ayudarle a conseguir una beca en caso de no volver a vivir con su familia.

Aunque quisiera quedarme con él en casa de Nick, no podía dejar solas a Lea y Anabella; mi madre solía trabajar toda la noche en el hospital, por lo que yo debía quedarme cuidando a mis hermanas. Aún así, iba todos los días a visitar a Jean Lucas; el día en que volvió al colegio, me desperté muy temprano en la mañana para ir a la casa de Nick y acompañarlo.

—¿Estás listo? —pregunté, dando unos golpecitos en la puerta de su habitación.

Jean Lucas abrió la puerta y observé su aspecto; vestía un buzo azul y unos jeans celestes, además de unas zapatillas Nike blancas. Hoy se veía mucho mejor, pues sus golpes habían desaparecido y había recobrado su radiante rostro, aunque era obvio que aún seguía afectado por lo ocurrido con sus padres.

—¿Quieren que los lleve? —preguntó Nick, quien parecía muy ocupado leyendo un montón de fotocopias.

—No, está bien —dijo Jean Lucas—, nos vemos luego —sonrió y salió por la puerta de entrada.

Me despedí de Nick y seguí a Jean Lucas, quien caminaba lentamente; ahora mismo sentía muchísimas ganas de tomar su mano, pero tal vez eso le molestaría mucho.

Caminamos en silencio, simplemente contemplando las calles que íbamos recorriendo; al llegar al establecimiento, Jean Lucas miró nervioso hacia dentro, tal vez pensando que sus padres habrían hecho escándalo con los directivos.

Tomé su mano y le regalé una sonrisa, observando cómo la preocupación en su rostro desaparecía lentamente; Jean Lucas apretó suavemente mi mano y comenzó a caminar, listo para volver a la rutina.

Al llegar al salón de clases, Kai y Derek lo esperaban con una amplia sonrisa; Jean Lucas se sentó en su lugar y sonrió a los chicos, contándole a Kai lo que había hecho en estos últimos días.

Si bien hace un par de días casi golpeo a Kai por no decirme lo que sabía de la repentina desapareción de mi novio, no podía culparlo por habérselo guardado; él tampoco sabía qué era lo mejor en ese momento.

Las clases transcurrieron normalmente, lo que me alegraba muchísimo; prefería que volvamos a la aburrida rutina y no que pase algo fuera de lo normal.

—Jean Lucas, la directora te está llamando —avisó una de nuestras compañeras, quien rápidamente se fue con sus amigas.

Todos tragamos saliva al mismo tiempo, mirándonos realmente nerviosos; acompañamos a Jean Lucas en silencio hasta la oficina de la directora y nos quedamos esperándolo fuera, sin poder decir ni una palabra.

Mi corazón latía rápidamente y no podía dejar de morder mis dedos, pensando en todos los peores finales posibles para este problema. Los minutos parecían transcurrir como horas y el timbre que anunciaba el final del receso finalmente resonó; nos resignamos a volver al salón de clases, pues no podíamos perder la siguiente hora y Jean Lucas no parecía estar pronto a salir.

Jean Lucas se sumó a la clase un poco después, pidiéndole disculpas al profesor y explicándole la situación; volvió a su lugar y nos miró con una sonrisa, sacándonos el peso de la preocupación que teníamos encima.

→∆←

Al finalizar las clases, todos nos acercamos a Jean Lucas, casi rodeándolo; él sonrió nervioso y procedió a explicarnos lo que tanto queríamos saber.

Si decides querermeWhere stories live. Discover now