Si decides quererme

Capítulo 8

En estos últimos días, Elliot había estado actuando extraño; era extremadamente cariñoso pero siempre hasta un punto que no sobrepasara lo amistoso. Aún no me había explicado por qué me había besado en mi cumpleaños, pero yo no tenía las agallas para volver a hablar de eso.

Estaba desayunando un café con leche y tostadas cuando mis padres bajaron y se sentaron junto a mí, casi al mismo tiempo.

—¿Y?¿Estás preparando lo que tocarás en el concierto de piano? Cuéntanos —dijo mi madre, mostrando una sonrisa.

La verdad es que en lo que menos estaba pensando ahora era en eso, pero es cierto que faltaba muy poco y debía preparar alguna pieza, al menos para seguir con la fachada.

—Voy a tocar A Thousand Years de Christina Perri —afirmé, observando las miradas de asombro de mis padres.

—¿Una canción de amor? Es gracioso viniendo de ti —se rió levemente mi padre.

Terminé de desayunar y me encaminé hacia el colegio, encontrándome con Kai en el camino; él me saludó alegremente y le devolví el saludo, pensando en que tendría que preparar una pieza en 3 días.

Mientras íbamos entrando en el colegio, Elliot se unió a nosotros; era raro porque yo me encontraba en el medio de esos dos gigantes, quienes parecían tener una batalla de miradas.

—Ah, sí —dije llamando su atención, tratando de interrumpir su pelea de miradas—, el sábado mi instituto de música tendrá un concierto. Tocaré una canción, así que ya saben... Si no tienen nada que hacer pueden ir a verme —sonreí, esperando haber terminado con la tensión entre ellos.

Elliot asintió con su cabeza afirmando que iría, mientras que Kai me abrazó por los hombros y aceptó emocionado. En algún momento tendría que aclararle a mi amigo que no me interesa de manera romántica, pero era difícil hablar de eso con alguien que sonreía tan alegremente.

Podría decirle a Derek que vaya también, pues él y Elliot se habían vuelto a amigar después de que él lo salvara de una loca acosadora, quien lamentablemente era nuestra nueva compañera de clases.

—Ahora que lo pienso —dije, llamando la atención de ambos chicos a mi lado—, ¿por qué no has vuelto a sentarte detrás de Derek? Ya sabes, ahora que todo se ha solucionado entre ustedes —reí, aunque en realidad estaba muy feliz de que Elliot siguiera sentado junto a mí.

—Porque no quiero, después de todo es un emo idiota —se quejó—. Además, ¿te molesta que me siente junto a ti? —preguntó seriamente, clavando la mirada sobre mí.

Sentí que mis mejillas se encendían y negué con mi cabeza, evitando verlo a los ojos. El hecho de que él prefiera sentarse junto a mí me hacía plenamente feliz y deseaba que siguiera así por el resto del año.

Kai permanecía escuchando la conversación en silencio, mirando de vez en cuando a Elliot; no debía preguntárselo, yo sabía que él se encontraba celoso porque sabía quién me gustaba en realidad.

Al llegar al salón de clases, Elliot y Derek se saludaron alegremente, como si nada hubiese pasado; eso me hacía realmente feliz, pues se notaba que ambos se sentían muy apenados por distanciarse. Aunque no pudiese cambiar los sentimientos que Elliot tenía por Derek, siempre me importaría más su felicidad que la mía.

—Derek, ven y siéntate frente a mí —dijo Elliot, haciéndole señas a Derek de su nuevo lugar—. Después de todo, será más divertido si estamos cerca de Jean Lucas —sonrió, logrando desestabilizar todas mis emociones.

¿Cómo podía decir cosas como esas y pretender que no me enamore más de él? Aunque él no debía ser conciente de que eso es lo que generaba en mí.