Muerte Y Resurrección

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Algunas personas dicen que la muerte es el final.

En verdad, la muerte es un nuevo inicio, el comienzo para la vida.

La muerte es la vida, la vida es la muerte.

Esa fue la lección que tuvo que aprender aquel que se hundió en la oscuridad.

Está fue la historia que tuvo que vivir, el 'Monarca de las Sombras'.


***


En un callejón de Tokyo, la muerte estaba apuntó de resonar.

Un adolescente de pelo castaño era apuntado por un arma, este era Kazuma Satou.

Varios errores en su vida, todo lo condujo a este momento.

-H-her... mano...

Pero un sonido lo hizo despertar de su aceptación, pues no podía morir, no si el iba a morir también.

-¿Estas seguro de querer hacer esto?

Kazuma se dirigió a su atacante, un hombre de pelo blanco con gafas, quien lo apuntaba con un arma.

-¡No me jodas! Esto es poco en comparación por lo que te mereces, tu... ¡Mereces quemarte en el infierno!

Kazuma mantuvo la calma, pues debía pensar con claridad.

-Tranquilo, ahí es donde iré, pero deja en paz al chico ya que el no hizo nada.

Kazuma miró a un chico, el aparentaba unos 12 años, tenía un pelo rubio y estaba lastimado.

-¡Pudrete imbecil! ¡Los llevaré a los dos al infierno!

El hombre pasó a apuntar al chico, cosa que alertó a Kazuma.

'¡Maldición!'

-¡NO!

Kazuma se lanzó hacia el hombre, el cual reaccionó tarde ya que había apuntado al chico.

Un forcejeo inicio por el arma, aunque Kazuma estaba perdiendo por su falta de fuerza física.

Debía utilizar su cerebro, recordando la navaja que había en su bolsillo.

'Necesito un segundo, solo con uno seré capas de sacarla.'

Kazuma se jugó la vida, pues dejó el forcejeo para tomar su navaja.

Logró hacer que el hombre perdiera el equilibrio, obteniendo el tiempo suficiente.

Kazuma sacó su daga y corrió hacia el hombre, con desesperación la clavo en su cuello.

CUSH*

La sangre comenzó a chorrear desde el cuello del hombre, pero esto no había terminado.

Con su último respiro, el hombre disparo hacia Kazuma con su arma.

BANG-*

-... ¡!

La bala atravesó el pecho de Kazuma, causando que sus minutos fueran cortos.

Ambos cayeron al suelo, aunque el hombre murió antes que el.

La vista de Kazuma pasó a ser nublosa, empezando a sentir el calor de su sangre.

Pero después de liberar la adrenalina de su cuerpo, dejó de sentir todo a su alrededor.

El chico se levantó con lágrimas en sus ojos, intentando ayudar a Kazuma.

Konosuba : ¡Bendito sea el Monarca! - Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora