kiss me hard before i go // Brad Simpson

XXVII: Nueva York.

Cuando me despertaron sentía un horrible dolor de cabeza, como si me hubiese dado un golpe en ella. Me hubiese gustado haber estado en mi cama al despertar, y recordar lo sucedido anoche como uno de esos sueños que te hacen mal, que te mantienen todo el día con un sentimiento de presión en el pecho y en el estómago. Habría soportado mucho más unos cuántos días de miedo, que los días que se estaban por venir para mi en el hospital luego de que me extirparan uno de mis órganos.

La verdad no me interesa fumar cigarrillos, ni beber demasiado así que no creo que extrañe demasiado a mi riñón derecho, no es como que me acordase de su existencia todos los días; el cáncer lo había enfermado y ya era su hora de partir.

Imagino que ése riñón derecho, es como una Clary Hawthorne cualquiera del mundo. Se enfermó, empeoró y murió. Al principio lo extrañaré y sentiré que me hace falta, pero con el tiempo voy a olvidar; y eso es lo que sucederá conmigo y mis cercanos. No van a estar llorando para siempre, al comienzo saberlo será fuerte, tal como me afectó a mi anoche la noticia de que ya no lo tenía dentro de mi cuerpo funcionando, pero sé que con el tiempo voy a olvidarle completamente.

Por ejemplo, los primeros días de la muerte de mamá fueron absolutamente horribles. Yo no comía, no dormía y no me bañaba. Sí, puede sonar asqueroso, pero no quería hacer nada. Me gustaba sentarme en su sofá favorito a pensar sobre todas las cosas que podríamos haber hecho juntas en cuanto yo creciera. Mi cumpleaños numero quince, mi graduación este año, luego la foto para el baile escolar con algún chico de mi instituto, y así sucesivamente. Pero simplemente no fue así, me la arrebataron tan rápido que no tuve tiempo de concentrarme en otra cosa que no fuese una vida sin ella. Y aún la recuerdo, pero con el paso del tiempo todos mejoramos y continuamos con nuestra vida de una manera un tanto mas común. Incluso, mi padre hasta se ha dado el tiempo de conocer una nueva mujer.

Espero que eso suceda conmigo, no quiero que por culpa de mi enfermedad, alguien a quién amo le suceda alguna cosa como la depresión post muerte, o que no siga avanzando con su vida sólo por mi. Jamás me lo permitiría, esté donde esté.

Otra cosa que me preocupa es, ¿Qué hay luego de la muerte?

¿De verdad voy a quedarme profundamente dormida y se acabó? ¿O hay algo más allá?

Me gustaría ver a mi madre, así ella sabría cuánto he crecido. ¿Habrá crecido ella también o seguirá estando igual?

No sé si creer o no en la vida después de la muerte, o en un cielo y un infierno. Sólo espero que no sea decepcionante, no quiero dejar de existir y sentir un vacío o un abismo negro.

Una vez cuando mi madre murió, me dijeron que las personas se convertían en estrellas y se quedaban en el cielo observándonos, y yo lo creí. Hasta el día en que crecí y conocí la física y la astronomía. Son astros, son luces, no pueden ser personas.

Una enfermera, creo que la misma de anoche estaba a mi lado con una sonrisa, pastillas y agua, me dijo que las ingiriera, yo le hice caso y cuando me incliné vi mucho cabello rubio en la camilla, era mi cabello caído. Luego me hizo mostrarle bajo mi lengua, como si fuese a esconderlas allí o algo. ¿Quién lo haría? Yo quisiera estar mejor, no peor.

Aunque a veces pienso, en que una muerte rápida sería mucho mejor. No sufriría tanto, no vería mi cabello caer, no terminaría con la mitad de mis órganos funcionando y no dañaría a nadie ni prolongaría el hecho de estar muriendo. Lo veo como algo positivo, no como algo negativo, o como si tuviese depresión y solo quisiera morir. De hecho, creo que está bien querer eso y no querer dañar a los otros. Claro que si tengo una posibilidad de mejorarme, pero una de verdad, no de esas "Es posible que logremos...", entonces me gustaría intentarlo y lograrlo. Si no hay ninguna, ni si quiera seguiré aceptando el tratamiento de la quimioterapia, porque sería absurdo prolongar mi vida y que todos suframos con eso.