XXVIII: Pequeños detalles.

2.5K 178 40
                                    

Nueva York estuvo increíble, realmente jamás había tenido un cumpleaños tan excelente como ese y pasarlo junto a Brad, fue aún mejor.

Siento que las cosas entre él y yo se están intensificando, y no estoy del todo orgullosa de eso digo... Hay un 80% de probabilidades de que me llegue a suceder algo letal, algo que me deje sin vida alguna, algo que solo deje mi pálido cuerpo en la tierra.

Yo no podría soportar una vida sin él, se ha convertido en casi todo para mi, es increíble la intensidad de amor que siento por él, me vuelve loca y no puedo controlarlo.

Lo quiero tanto que... Duele y quema por dentro. Es una sensación que me es muy difícil de explicar. Cada vez que me toca aunque sea un brazo, mi cuerpo envía descargas eléctricas al rededor de cada rincón y se quedan allí zumbando y vibrando por un largo rato.

El otro día, luego de mi cumpleaños, me encontré a mi misma aguantando la respiración a su lado. ¿Era eso posible? ¿Que una persona te haga aguantar la respiración sin notarlo sólo porque te gusta demasiado?

Quisiera entender qué es lo que él me ha hecho, si puso en mi refresco algún tipo de pastilla que me hizo quererlo instantáneamente o si ha engañado a mi cerebro de alguna manera.

Sé que no es posible, sé que es simplemente... Él.

Pero todo esto me parece tan extraño, tan poco creíble que sigo pensando en que uno de estos días preguntaré por él y me diré a mi misma que todo ha sido un invento de mi mente. O que voy a despertar luego de un enorme y prolongado coma por algún desmayo gracias a la enfermedad.

Creí que él saldría básicamente corriendo cuando supiera sobre mi enfermedad, pero en vez de eso, él se quedó junto a mi, nos mantuvo fuerte y puedo decir con orgullo máximo, que ahora somos novios. Jamás había sentido algo parecido por nadie, y tampoco quiero sentirlo si no es por él.
Usualmente nuestras despedidas son lo peor que podemos sentir, lo peor que nos puede suceder y lo peor que el resto de las personas pueden ver. Según mi padre, dijo que nuestros rostros al separarnos eran tan terribles, que él quiso hacer que nos quedáramos más tiempo allí, pero no era posible porque a pesar de que yo no vaya al instituto, mis amigos si lo hacen.

La última vez que lo vi, fue hace exactamente 41 horas, según él, y ya lo extraño, ya quiero estar entre sus brazos y hacerlo sonreír como nunca.

Me observé en el espejo durante unos segundos. Estaba empalideciendo nuevamente, y por alguna razón que desconozco mis labios tenían una tonalidad violeta, como si me estuviese congelando. Y no lo estaba, hacía frío, pero estaba muy abrigada.

Levanté mi sweater y observé el hematoma recientemente formado en mi cadera izquierda. Lucía horrible, y no me gustaba en lo absoluto.

–¿Clary? –Mi padre se asomó por la puerta y me miró.

–¿Si? –Dije luego de toser un poco.

–Un chico llamado Will está al teléfono.

–¿Otra vez? –Lo miré suspirando.

Él asintió.

Decidí que como, no recordaba del todo lo sucedido y como ya ha pasado tanto tiempo, iba a aclarar las cosas con él.

Miré a mi padre y asentí tomando el teléfono de mi habitación.

–¿Diga? –Contesté nerviosa sentándome en mi cama.

–Clary, por fin, creí que ya... –Dejó escapar un suspiro y continuó– Que ya no me contestarías.

–Pensé en no hacerlo, pero se ha borrado parte de mi memoria...

kiss me hard before i go // Brad SimpsonWhere stories live. Discover now