II: Síntomas iniciales.

3.6K 219 33
                                    

I drove by all the places we used to hang out getting wasted, I thought...

Abro mis ojos con la melodía de la canción Amnesia. Me estiro en la cama apagando la alarma con tranquilidad y lo primero que pienso al ver una de mis diez o doce fotografías de The Vamps pegadas en la pared es en lo que sucedió anoche con Brad.

No me lo creo.

Revisé las notificaciones de mi celular y pues tenía un montón ya que los chicos prácticamente estuvieron en twitter toda la noche (Mañana para ellos), y bueno varias chicas habían comenzado a seguirme. Mi sorpresa fue cuando descubrí que Brad también me había seguido ayer justo después de darle RT a su último mensaje para mi, al tener tantos seguidores nuevos, no noté que él también me había seguido. ¡Dios! ¿Acaso mi vida podía estar mejor?

Fui a tomar un baño rápido y fue cuando me di cuenta de que en la parte baja de mi espalda, al lado derecho tenía un enorme moratón, sus colores variaban entre morado y un amarillo bastante pálido, traté de recordar cuándo fue que me golpee en la espalda pero hice caso omiso y lo olvidé al entrar en la ducha.

Una vez que salí, utilicé jeans ajustados, converse bajas y blancas, y una blusa color blanco también, tomé un cardigan grisáceo, mi mochila y bajé a desayunar.

En la encimera había un bowl de cereales que probablemente mi padre me había preparado, y un café con tostadas para él. Apareció por el marco de la cocina arreglando su corbata.

–Buena combinación –reí y lo ayudé a arreglarla.

–Gracias, aunque tu madre solía hacerlo mejor. –rió forzado.

Mi madre nos había dejado hace cinco años aproximadamente, yo tenía doce años para ese entonces y debo admitir que ha sido la peor experiencia jamás vivida, prefiero no recordarlo.

–¿Me llevas tu al instituto hoy? No tengo ánimos de tomar el autobús, por alguna razón me siento muy cansada.

–Claro linda.

Una vez que terminamos de desayunar, lavé mis dientes y subí en el asiento del copiloto.

–Ajusta tu cinturón de seguridad, Clarissa.

–Que ya lo hago, dame un minuto.

–Deja el móvil de lado y haz lo que te pedí.

–Vale, vale. Pero no me llames Clarissa. –reí.

–Te veo feliz hoy... –cambió su tonalidad de padre enojado y sonrió.

–Es que aún no me creo que Brad haya respondido mis mensajes anoche, y que de paso me haya seguido.

–¿Segura que él maneja sus propias cuentas? Generalmente tienen managers... –respondió.

–Tú jamás entenderás. –rodé los ojos.

Me despedí de mi padre y bajé del automóvil. Dejé caer mi cabello por mi hombro izquierdo y comencé a cruzar la entrada. Gracias a Dios curso el último año de Instituto en Houston.

Tenía libros que cambiar así que me dirigí automáticamente a mi casillero. Vi la ropa de gimnasia y recordé con desagrado que hoy teníamos aquella clase, como la odio. Me llegó un texto de Alex, uno de mis mejores amigos preguntando dónde me encontraba, le envié uno devuelta diciendo que lo esperaría en el salón de biología. Caminé unos cuantos pasos y entré al enorme salón, saludé agitando mi mano a los chicos que allí habían y me senté sobre una mesa con el móvil en las manos.

–¡Clary! –exclamó Alex– Aquí estás.

–En carne y hueso. –reí.

-¿Cómo ha ido todo?

kiss me hard before i go // Brad SimpsonWhere stories live. Discover now