kiss me hard before i go // Brad Simpson

XIV: Ojos pardos.

Esa noche no pude pegar un ojo, y creo que Brenda tampoco puesto que estuve contándole con detalles extremos todo lo sucedido y la tuve hasta las 2:00 AM pegada en el teléfono oyéndome. No dormí, prácticamente estuve despierta escuchando una y otra vez el álbum de The Vamps. Su voz era como una droga para mi, me gustaba, me encantaba y quería que fuera mía. Ese tono áspero, rasposo que sale por su garganta, tan relajado, tan.. él. No podía dejar de oír en mi mente cuando pronunció mi nombre, nunca me gustó demasiado pero si iba a ser Bradley quién lo dijera, creo que lo podría escuchar por toda una eternidad.

Tampoco podía dejar de sentir en mis brazos su tacto, ni la manera en que sus cálidas manos rozaban mi piel. Allí, en la oscuridad de la noche y con la luz de la luna escabulléndose por la ventana de mi habitación iluminando parte de mi, sentía como mi corazón latía a medida que recordaba su melódica voz, su tibio tacto y su mirada inquisidora.
¿Qué sucedería ahora?

No sé si volvamos a hablar, si volvamos a vernos, si le agradé, si yo era lo que él pensaba, si llené sus expectativas. Pero, dentro de todas esas cosas había algo que si sabía y era que, quería verlo nuevamente. Lo antes posible.

Sólo hay una cosa que detesto y es que ya no lo veo como al resto. Aún sigo temblando cuando pienso en que Tristan besó mi mejilla, en que sonrió al ver mi blusa, en que tengo una linda fotografía con Connor y en que aún quiero compartir mis pensamientos con James... Pero del mismo modo que antes, del modo admiradora, mi amor por ellos sigue siendo normal, está intacto y como debería ser, al igual que cualquier otra admiradora de cualquier otra banda. Pero... ¿Con Brad? Con él todo es distinto. Ya no quiero leer fan-fics con él como protagonista, ya no quiero que sus fotografías estén en mi pared, ya no quiero que su nombre esté en mi biografía de mis cuentas en las redes sociales. Quiero que nuestra historia sea escrita, quiero que nuestras fotografías estén en mi pared y quiero que nuestros nombres juntos estén en mi biografía. Quiero que seamos los protagonistas de nuestra propia historia.

Y es justamente eso lo que me aterra, pensar que él también está ahora mismo teniendo esta misma conversación con su mente, cuando sé que no es así.
Brad me gustaba desde el punto de una admiradora, pero creo que eso se está extinguiendo. Ahora lo quiero a él de otro modo, del modo en el que me gustaría entrelazar nuestras manos y observarnos a los ojos con un brillo especial.
Pero no puedo.
Aunque quiero y sé que no debo. Saldré lastimada, no sé cuándo ni cómo me convertí en alguien para él, quizás no especial, pero si alguien a quien le habla a diario, a quien quiso conocer y a quien le da un poco de su tiempo. Aún así, es mejor que comience a olvidarme de la loca idea de que podríamos tener algo, porque no va a suceder, ni en un millón de años.
Me cubrí con las mantas y cerré mis ojos, forzándome a dejar de pensar y a dormir de una vez.

Cuando desperté todo se encontraba en silencio, era sábado y mi padre había salido como lo hace cada fin de semana. Era impresionante como habían cambiado las cosas en los últimos siete días. Por la noche había recibido un llamado de mi mejor amiga, en el cual le conté con lujo de detalles lo que hice durante el día y... aún más detallado mi encuentro con Brad.

Brad.

Ahí voy nuevamente en la misma dirección, pareciera que mi mente está desviando todos los otros caminos y pensamientos porque lo único que he conseguido hacer desde ayer, es pensar en él.

También había hablado con Lucas y con Alex, en distintas ocasiones en donde les conté casi lo mismo que a Brenda, evitando la parte de Brad, obviamente. Y con menos detalles, les aburriría un poco. También puse de perfil en todas mis redes sociales la fotografía que tengo con Connor, pero un tanto editada. Pero quería distraerme, pensar en otra cosa, hacer algo más. Porque por más increíble que pareciera, cada acción me recordaba a él.