XIX: La fiesta de Will.

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–Hola bonita, me tenías preocupado... ¿Estás mejor?

–Si, mucho mejor. Lamento llamarte a ésta hora, pero desperté hace unos diez o veinte minutos.

–No te preocupes, mientras sepa que estés bien, da igual la hora.

–Bueno... gracias por eso.

–No quiero que te alteres nunca más, ¿Si? –Oí su risita.

–Está bien... –Reí y miré a Brenda quién estaba oyendo la conversación y tenía la boca cubierta con su mano mientras reía con ternura.

–Hablé con tu mejor amiga. –Volvió a reír.

–Si... te contestó porque dijo que no sabía quién me llamaba tanto.

–¿Tuviste que contarle verdad?

–Sip... ¿No te molesta? –Él no podía saber que Brenda ya sabía.

–No, digo... es tu mejor amiga y Tris también sabe, estamos a mano.

–Me costó recordar que estábamos hablando, si Brend no me lo dice, no lo recordaba.

–¿Y recuerdas qué te dije?

–No demasiado... –Si lo recordaba, pero quería que volviera a decirlo.

–Hablábamos de volver a vernos.

–Oh, cierto... Y, ¿Qué haremos?

–Mientras estuve despierto... comencé a pensar que si tienes algún pariente que viva en una de las ciudades en donde tocaremos, podrías quedarte allí y ya sabes...

–Bien pensado, me agrada esa idea... No sé en que otras ciudades tocarás, solo sé que básicamente van a recorrer los Estados Unidos. –Reí.

–Bueno aún nos quedan varias ciudades, Washintong, Phoenix, Broomfield...

–Mi abuela materna vive en Atlanta, estoy muy segura de que tocarán en Atlanta, ¿No es así?

–¡Si! Dos días antes de mi cumpleaños estaremos en Atlanta, osea el próximo Miércoles...

Brenda abrió los ojos y me miró sonriendo y diciendo en voz baja: ¡Si, si, si! Me reí y luego volví a concentrarme. Atlanta estaba sólo a una hora y media en avión...

–Bien, por mi está bien. –Sonreí.

–¿Qué le dirás a tu padre? Es en medio de la semana... tampoco quiero que pierdas clases.

–No te preocupes por eso, le diré que necesito verla... Y no es mentira, no la veo hace mucho. Yo sabré como.

–Bien, entonces está programado.

–Si que si. Bueno... te dejaré dormir, no has tenido una buena noche y debes tener cosas que hacer.

–¿Estarás bien?

–Si, claro que si. –Sonreí para mi.

–Bien, adiós Clary, nos vemos pronto, espero estés mejor.

–Adiós Brad, duerme bien.

–Gracias.

Corté la llamada y dejé el móvil en la mesita de noche. Me quedé en silencio unos minutos pero estaba riendo, y Brenda estaba haciendo lo mismo. Después de unos treinta segundos ambas soltamos la risa contenida y comenzamos a reírnos exageradamente.
No parábamos, hacía mucho tiempo que no nos reíamos así.

–¡Ay no! Esto... es... demasiado. –Decía ella riendo.

–Ya, ya hay que calmarse. –Dije aún con la risa a flor de piel.

kiss me hard before i go // Brad SimpsonWhere stories live. Discover now