15.- Memorias.

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¿Qué era ser un verdadero hombre? El día que JungKook decidió contar a sus padres lo bonito que era su nuevo compañero de preescolar se lo pregunto a si mismo mientras su padre le gritaba en el rostro que lo convertiría en uno.

Aún recuerda el cómo su madre tomaba al hombre del brazo intentando alejarlo de él. El rostro de su padre estaba tan rojo que parecía que en cualquier momento explotaría, las venas de su cuello se marcaban mientras gritaba y sus ojos lo miraban con una furia intensa. Jungkook solo recuerda llorar, preguntándose que había hecho mal.

El solo era un niño pequeño en su último año de preescolar, un niño que no estaba seguro de nada. El solo sabía que dos más dos eran cuatro, que su nombre completo era Jeon Jungkook y que tenía seis años. ¿Cómo sabría el que era ser un verdadero hombre? ¿Acaso él no lo era?

Estaba tan confundido que aun en los brazos de su madre esa noche se quedó dormido con lágrimas cayendo por sus mejillas. El hombre al que solía llamar papá se había ido azotando puerta de su casa, y por más que pregunto que había hecho mal y cuando regresaría, mama nunca respondió.

Su padre regreso cinco días después, pero la relación con el castañito ya no era igual. Jungkook podía sentir el rechazo del hombre que muchas veces lo cargo por el aire haciéndolo reír. Ahora solo lo miraba feo y le hacía querer llorar.

Desde ese momento, Jungkook extraño a su padre; y no fue hasta que tuvo suficiente edad que supo por qué lo había perdido.

(...)

¿Estaba mal el ser como era?

Jungkook odiaba el futbol y amaba la fotografía, pero también quería hacer sentir orgulloso a su progenitor, pero su cuerpo era demasiado pequeño y delgado y sus compañeros de equipo eran demasiado bruscos con su persona.

Sin embargo, el no podía quejarse, o su padre comenzaría a gritarle y entonces su madre lo defendería y todo sería aún peor. Odiaba los gritos. Odiaba las discusiones; y odiaba aún mas no ser lo suficientemente fuerte.

Pero él lo soporto. Cada empujón, cada golpe, cada palabra despectiva hacia su persona, Jungkook lo soporto bastante bien. Él era bueno fingiendo, cuando su madre preguntaba que tal había ido su día en los entrenamientos y el colegio, el castaño solo debía poner una sonrisa en su rostro y responder con una alegría tan fingida que si ponías atención, podías notar la oscuridad en sus ojos. Pero el sabia ocultarse muy bien de su madre. Aprendió a fingir sus sonrisas y a modular el tono de su voz. Por fuera era radiante como un adolescente normal sin preocupaciones o problemas, un chico cualquiera viviendo su vida tan ligeramente que te hacía sentir celoso.

Pero, por dentro, había todo un vacío interminable. Un hueco que no sabía cómo llenar. Había gritos retenidos en su garganta y miles de lágrimas amontonadas en sus ojos. Muecas de disconformidad que jamás dejo ver y un millón de pensamientos autodestructivos que muchos culpables lo llevaron a tener.

Catorce años tenía Jungkook cuando por primera vez lloro frente al espejo al ver su lamentable reflejo.

(...)

— ¿No es lindo MinGyu?— la vocecita aguda del adolescente pregunto. Jungkook asiente, desviando su mirada color marrón a aquel muchacho que desde hace tiempo había llamado la mayoría de su atención. El castañito no va a mentir, quizá el solo asistía a sus entrenamientos con la ilusión de alguna vez poder hablarle a su mayor. — Es grande y fuerte, — su mejor amigo prosiguió — y te gusta.

El rostro del menor se pintó de mil colores, inmediatamente buscando con la mirada alguna persona que haya estado cerca y los hubiera escuchado. Pero no había nadie, y Jungkook pudo respirar.

"I Like You" - HopeKookWhere stories live. Discover now