"I Like You" - HopeKook

7.- Encantador.

Sus manos seguían unidas aún después de haber salido a la calle. Jungkook sentía su palma sudar, apenandolo en demasía. Sin embargo, en ningún momento HoSeok hizo el amago de deshacer el agarre.

El atardecer seguía desapareciendo, el sol se ocultaba poco a poco, dándole la bienvenida a un firmamento oscuro y agradable.

El mayor sonreía a su lado, las personas pasaban junto a ellos observando la unión de sus dedos con curiosidad y, en algunas ocasiones, desagrado; no obstante, el castañito en aquel momento, solo era capaz de observar con atención aquel delicado pero masculino perfil que el de piel canela poseía.

HoSeok era guapo; demasiado, Jungkook se atrevía a admitir.

Era poseedor de una piel perfecta y mandíbula fuerte que contrastaba a la perfección con aquella pequeña y respingona nariz, así como esos labios finos y largas pestañas que adornaban sus fanales de un color avellana claro.

Jung HoSeok era encantador, tanto en apariencia como en personalidad.

Jungkook se sentía deshacer en suspiros por tan hermosa vista que esa noche era afortunado de contemplar.

—¿Dónde han quedado tus anteojos? — escuchó la voz curiosa del mayor llegar a sus oídos. Jungkook sacude su cabeza, volviendo la vista al frente y sonrojándose al creerse atrapado observando al mayor tan atentamente.

—Uh... En casa— responde, aclarando su garganta—, he decidido usar lentillas hoy.

HoSeok asiente en silencio— ¿Jungkookie?— lo llama, el menor lo mira—. Con anteojos o sin ellos, sigues viéndote hermoso.

El estómago del menor vuelve a retorcerse de esa forma tan agradable y cosquillosa que desde que conoce al mayor viene sintiendo. Con sus mejillas teñidas de carmesí, vuelve a desviar la mirada hacia el frente, se muerde los labios, conteniendo esa sonrisa tímida que poco a poco se dibuja en su rostro.

HoSeok sonríe con todo y hoyuelos, feliz y orgulloso de una vez más hacer sonrojar al pequeño castañito.

—¿A dónde iremos?— es kook quien pregunta esta vez, su timidez es notable en sus palabras, saliendo estás como un pequeño susurro que solo el castaño oscuro es capaz de escuchar.

—Bueno— Jung lo mira, perdiéndose en ese par de irises marrones llenos de curiosidad que el menor posee—, dijiste que querías que nos conociéramos y, sinceramente, antes de eso, tenía pensado llevarte al cine o quizá cenar; pero esas ideas ya me parecen un tanto clichés ¿No crees?— Jungkook asiente, entretenido por el sonido de su voz—. Así que creí, que la mejor forma de que llegaras a conocerme un poco más a fondo, sería mostrandote un poco más de lo que Jung HoSeok es.

—¿Y cuál sería esa forma, hyung?

—Te llevaré a un lugar— el agarre en la mano del menor se afianza, HoSeok regresa la vista hacia el frente, sintiendo la mirada de Jungkook sobre su perfil—. Un lugar que en el poco tiempo que llevo viviendo aquí en Seúl, se ha vuelto mi favorito.— sonríe—. Y quiero compartirlo contigo, Jungkookie.

(...)

Su caminata termino unas cuantas cuadras después, deteniéndose ambos frente a un pequeño pero espacioso edificio de ventanas grandes. Jungkook, con curiosidad, lo mira, escuchando a su lado como HoSeok suspira mientras saca del bolsillo trasero de sus jeans un par de llaves.

El lugar parece cerrado por completo y sin ninguna persona dentro, las luces están apagadas y, sin embargo, kook no se asusta porque, si estuviera prohibido entrar allí por la noche, HoSeok no traería las llaves del lugar y despreocupadamente estuviera abriendo la puerta, ¿Cierto?