17.- Pasitos de pingüino.

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El alto edificio se alzaba grande ante su persona. Hoseok con la espalda recargada en un auto ajeno esperaba paciente, mirando con solo un poco de insistencia lo que era el tercer piso. Con ambas manos escondidas en los bolsillos de su sudadera color azul, aguardaba a la salida de su castañito novio.

Se suponía que era una total sorpresa el que estuviera ahí, pues para Jungkook, Jung ese día estaría más que ocupado dando clases en su academia. Pero era un día importante, y Hoseok deseaba con todas sus fuerzas pasar toda la tarde juntos; como esperaba hacer por el resto de sus días y como lo hacían cada día desde hace un año cuando formalizaron su relación.

El tiempo pasa relativamente rápido cuando eres feliz, cuando compartes cada pequeña parte de tu vida con esa persona especial. Tomados de las manos y caminando sin ver atrás. Solo sonriendo, solo disfrutando; solo viviendo.

Sin embargo, y a pesar de que todo iba la mayoría de las veces bien dentro de su relación, Hoseok no podía evitar el que los momentos malos los golpearan de vez en cuando.

Jungkook era inestable, sus emociones eran como una montaña rusa imposible de controlar, así como podía tener días buenos, también podía haber días en las que solo se encerraba en sí mismo y por más que lo intentaba, Jung no podía hacerlo salir o siquiera hablar de lo que lo molestaba.

Pero Hoseok lo entendía, después de todo, sabía que sus inseguridades miedos y fobias no se irían de un día para otro, que el amor y cariño que podía darle no le ayudaría por completo. Fue por eso, que después de una conversación seria y profunda, donde ambos expusieron hasta sus más recónditos sentimientos, Jungkook admitió que necesitaba ayuda profesional.

Un mes después, el castañito comenzó con terapias semanales.

Porque si quería que su relación prosperara, debía también poner de su parte. Hoseok se sintió orgulloso.

Así que aquí se hallaba el día de hoy, eran las cinco de la tarde y Jungkookie estaba a punto de salir de su cita con su psiquiatra. Y Hoseok no pudo evitar el sonreír grande cuando pudo divisar una cabellera castaña salir junto a demás personas del mismo edificio.

Jungkook parecía tan tranquilo, con esa aura de serenidad que lo rodeaba y destacaba de entre tanta gente. Con sus manitas escondidas en los bolsillos de su grande abrigo negro y esos anteojos reposando sobre el tabique de su bonita nariz. Jeon Jungkook podía solo estar existiendo y ser capaz de robar suspiros a diestra y siniestra.

Cuando el marrón y el avellana se encontraron, Jungkook sonrió enorme, sus mejillas de color rosa a causa del frio de abultaron y las arruguitas a los costados de sus ojos aparecieron. Corrió hacia su novio, escondiéndose en su pecho una vez lo tuvo en frente, sintió esos cálidos brazos rodearlo con suma protección y cariño, el castañito suspiro, rodeando el torso ajeno.

Ambos rieron como dos niños pequeños, saludándose con un dulce beso en los labios. Maceándose de un lado a otro aun abrazados en medio de la acera, se sonreirán como solo un par de adolescentes enamorados lo harían.

—Dijiste que no vendrías hoy. — y aunque fue destinado a escucharse como un reclamo, la voz de Jungkook había salido tan dulce, que Hoseok no pudo evitar el besar la punta de su nariz. El castañito hizo un puchero.

— ¿Cómo podría no venir? — cuestiona alegre y sonriente. Jungkook escoge sus hombros, y aun con el mohín dibujado en sus labios, esconde el rostro en el pecho ajeno. Hoseok besa sus cabellos castaños; Hoseok ama besar cada parte de Jungkook —. Vamos.

Sus dedos entrelazados en cada caminata era algo que definitivamente no podía faltar. Jungkook adoraba la forma en la que sus pequeños dedos encajaban a la perfección con los grandes de Hoseok, el sentir la calidez a su lado, sujetándolo y creando esa sensación de estar flotando, llenando su estómago de miles de mariposas que revoloteaban alegres, haciendo cosquillas que solo lo hacían reír jovialmente.

"I Like You" - HopeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora