La Luz de los Uchiha

Prefacio

—Sakura, eres una luz que ilumina a los Uchiha—hablaba con una calma infinita—Llego a entender porqué mi hermano menor se enamoró de ti.

—Itachi—dije, intentando que mi voz no se quebrara—¿Qué planeas hacer?

Itachi miraba hacia Konoha, admirándola desde la guarida donde estábamos.

—¿Recuerdas cuando nos volvimos a encontrar?—divagó, ignorando mi preocupación—Te vi recolectando plantas, concentrada. Recordé cuando te conocí, llorando por Sasuke y me pregunté si seria la misma chica que me gritó aquella vez.

Él estaba de espaldas y no pude evitar recordar cuando me despedí de Sasuke la primera vez.

—Te odiaba en ese entonces—admití.

—¿Quién no lo haría?—emitió una risa amarga.

—Aún puedes cambiar eso, Itachi—me acerqué a su lado, sin verlo.

Konoha se veía tan tranquila, aunque los problemas estaban por venir.

—No tiene caso.

—¿Por qué los Uchiha tienen la manía de abandonarme?

Itachi se giró hacia a mí, pero mi mirada estaba enfocada en mi aldea.

Nuestra Aldea. La Aldea que tanto le debe a Uchiha Itachi.

—Mírame, florecita.

Reí ante su apodo y lo observé, encontrándome con sus ojos llenos de secretos y dolor.

—Mi hermano tiene suerte de tenerte en su vida—sonrió—Sasuke te merece, digan lo que digan.

¿Sasuke?

—Itachi, podemos irnos... escaparnos—me atreví a decir.

No podía permitir que se fuera, peor aún, que muriera.

—No quiero que mueras, Itachi, no me importa si estás tan enfermo. Cuidaré de ti... como lo he estado haciendo este tiempo.

—Sakura, sé que mis ojos no pueden ver el futuro ni saberlo todo pero tú amas a Sasuke.

—Yo te quiero, Itachi...—bajé la mirada—No puedo permitir que también me dejes. Es egoísta pero no quiero perder a más personas importantes.

—Tienes que aceptarlo, florecita—tomó mi barbilla y acarició mi cabello—Tengo que irme.

—¡Itachi!

—Te dije hace un momento que entendí porqué mi hermano se enamoró de ti—dijo mientras caminaba hacia las afueras de la guarida—¿Puedes deducirlo?

—¡Itachi!

Desapareció antes de poder alcanzarlo.

Una lágrima cayó mientras me cuestionaba:

¿Qué harás, Itachi? ¿Qué pasará ahora?