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                       "Lealtad"

Abrí los ojos pesadamente y me levanté de golpe.

Espera, ¿dónde estoy?

De inmediato reconocí la habitación que había elegido en la guarida de Orochimaru. Me había quedado dormida en el pecho de Sasuke y desperté aquí.

¿Sasuke me trajo a mi habitación? Ahora que lo pienso, estuve en el limbo: entre dormida y despierta mientras sentía que me cargaba.

—Despertaste.

Reconocí su voz aterciopelada Ahí estaba Sasuke, mi Sasuke, mirándome con su siempre mirada fría pero a la vez suave cuando se cruza con mi mirada en la puerta de la habitación.

—Me hubieras levantado—repliqué.

Frunció el ceño, Sasuke parecía meditar lo que estaba por decir.

—No quería despertarte. Cuando duermes, te ves tan...—bufó, y sonrió para sí negando con la cabeza—, Olvídalo. Hay que partir.

¿Tan qué?

                                (...)

Podía percibir el chakra de Itachi, mediante un cuervo siguiéndonos. Temía que Sasuke se diera cuenta, sin embargo, parecía estar perdido en sus pensamientos mientras que Suigetsu trataba de hacerle plática y fracasaba en cada intento.

—Admítelo, Sasuke, Karin puede ser problemática. Además, ¡está loca!

—Puede ser.—Finalmente habló Sasuke—Sakura, ¿todo bien?—susurró y logró sobresaltarme.

Reí nerviosa, podía sentir su mirada puesta sobre mí.

—Sí, sí... Sólo estaba pensando, disculpa—le dedico una corta sonrisa y Sasuke asintió.

—¡Descanso!—gritó Suigetsu.

—Suigetsu tiene razón. Deberíamos descansar un poco.

Sasuke duda por un segundo pero asiente.

—De acuerdo.

—¡Aww, Sasuke no puede negarse con la florecita!—se burló Suigetsu y éste sólo lo ignoró—Sasuke, no seas tan pesado, ¿siquiera sabes sonreír?

—Iré a rellenar mi agua. Ahora vuelvo—aproveché para poder escapar por unos minutos.

Me alejé y aceleré mi paso, lo suficiente para estar a una buena distancia de mi nuevo equipo.

—Puedes salir, Itachi.

El cuervo se acercó hacia mí y en menos de un segundo, comenzó a transformarse en la capa de akatsuki y a su vez se formó el serio rostro del hermano de Sasuke.

—Florecita.

Solté una risa y pude sentir mis mejillas arder.

—Ignora a Suigetsu, tal como lo hace Sasuke—sugerí riendo.

—Es un apodo... interesante—observó y ligeramente lo vi... ¿sonreír?

En definitiva, los Uchiha no saben sonreír.

—En fin,—comenzó a decir—tengo un mensaje para ti. Tsunade recibió tu noticia y mandó su respuesta, la cual intercepté

—Lo noté. Supuse que eras tú, porque mi invocación desapareció.

—Sí—dijo y sacó una hoja—Aquí está.

Abrí la hoja un poco desgastada.

                    Querida Sakura
Me alegra saber tu lealtad está en Konoha. Pude deducir que Danzō tuvo que ver con tu decisión y la muerte de tus padres, así que hablé con los consejeros y tu nueva misión es enviarnos información que tengas, me atrevo a decir que te encuentras con tu antiguo compañero del Equipo 7.  

Konoha siempre estará para ti. No dudes de eso, niña. Y cuídate.

Posdata: Naruto insiste en buscarte pero ya lo convencí que estás en misión. Ese cabeza hueva.

Tsunade

¿Mi lealtad está en Konoha? ¿Eso es verdad? A pesar de la muerte de mis padres y el dolor que me causó, ¿mi lealtad sigue fiel a la Aldea?

—Te veo confundida—observa Itachi.

Le enseñé la hoja y la leyó con rapidez. No sabía qué decir.

—Tiene razón—opinó—Danzō no es la aldea, Sakura. No puedes reducirte a eso. Raíz es un lugar, podría decirse, oscuro, mas no es Konoha.

—¿Qué es... la aldea?—pregunto débilmente.

—Me hiciste recordar cuando tenía cinco años, solía cuestionarme aquello.

—¿Pensabas en eso mientras tenías cinco años?

Bueno, Itachi era un prodigio, tiene sentido.

—Vi los resultados guerra con mis propios ojos.

—No logro entender la guerra... La aldea... Los shinobi.

—Te lo explicaré la próxima vez.

—¿Me vas a volver a pegar en la frente?

Rió.

—No esta vez. Porque en realidad quiero que lo comprendas.

¿Entonces qué quiere decir aquel poke?

—Te mandaré un cuervo cuando me instalé en un lado, ¿de acuerdo?—dije al percatarme que estaba tardando demasiado.

Sus vacíos ojos me observaron por última vez y asintió. Él y Sasuke tenían tanto parecido...

—Nos vemos... florecita.

Regresé con rapidez. Rayos, tardé demasiado para ir solamente por agua, hice una breve parada y rellené mi botella.

Sasuke tenía el ceño fruncido.

—Ya volví. No había ningún río cerca.

En un segundo, su ceño se suavizó.

—Estaba por ir a buscarte.

—¡No hay prisa, Sakura!—intervino Suigetsu.

—Lo siento—me disculpé y bajé levemente la mirada.

Sasuke se acercó y con una de su mano acarició mi cabello. Mi banda de Konoha estaba escondida entre mis pertenencias y mi cabello, por primera vez en mucho tiempo, estaba libre, incluso me estaba creciendo un poco.

Levanté mi rostro para ver a Sasuke. La diferencia de altura era notoria cuando estábamos frente a frente. Sus ojos me atraparon, como es costumbre, haciéndome perder en el oscuro océano de sus ojos.

—Tortolos... Estoy aquí—dijo Suigetsu. Sasuke y yo volteamos a verlo.

No pude evitar reír. Sasuke parecía molestarse. Tomé su mano y proseguimos caminando.

Estaba caminando a su lado, como siempre lo deseé.

Error.

No anhelé esto. Siempre quise caminar a su lado, en Konoha y en lugar de un criminal a nuestro lado, estuviese nuestro mejor amigo Naruto.

¿Mi lealtad realmente está con Sasuke? Lo quiero tanto, de eso estoy segura. No hay cosa que me haga sentir tan completa que sentir su fría y a la vez cálida presencia. Verlo sonreír y apreciar cómo sus ojos se achican es como una droga para mí. Poder la desnudez de su alma cada vez que me dice algo de corazón le da sentido a mi existencia.

Pero si Sasuke me pidiera que ataque Konoha con él, ¿lo haría?

¿Mi lealtad está con Konoha o con Sasuke?

La Luz de los UchihaWhere stories live. Discover now