La Luz de los Uchiha

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      "La falsa paz"
Iniciaba la cuenta regresiva de los días que partirá el escuadrón de Konoha para capturar a Itachi.

Me convenció de escribir una nota a mi Maestra, diciéndoles que colaboraría sin dudarlo. No estoy tan segura sobre ello. Tener que traicionar a Sasuke me dolía en el alma. Pero una vez más, Itachi tenía razón. Los ninjas debemos tomar decisiones difíciles.

Estaba refrescando mi rostro en un pequeño lago, cuando escuché a un halcón acercarse hacia mí. Descansó en mi brazo y no pude evitar esbozar una sonrisa. Era el halcón de Sasuke con un mensaje y se fue cuando tomé el mensaje.

"Hebi está completo. En 4 días estaremos cerca para comenzar la búsqueda de nuestro objetivo.

Haces falta aquí.

Sasuke"

Yo también le echo de menos. Me dejó indicaciones para buscarlo en una antigua tienda ninja de gatos ninjas que fuimos cuando éramos genin. Mis recuerdos volvieron a mí y reí cuando Sasuke tuvo que colocarse unas orejas de gato, él se moría de la vergüenza pero en mis ojos, siempre se veía precioso.

—¿Qué es tan divertido?—me sobresaltó la voz de Itachi.

—Recordando el pasado—reí—, y a Sasuke.

Itachi enmarcó una sonrisa poco visible pero noté en sus ojos el aire de nostalgia y culpabilidad que siempre llevaba consigo mismo cuando el nombre de su hermano era mencionado.

—Una ocasión fuimos a la guarida de la Anciana Gato y tuvimos que ponernos orejas de gato—solté una risa inmediata—, y Sasuke parecía luchar consigo mismo para ponérselas pero se vea muy lindo.

—¿A qué fueron aquella vez? Si puedo saber.

Me levanté después de rellenar mis termos de agua y me coloqué a la par del Uchiha.

—La misión era obtener la huella de...

—Nekomata—completó la frase.

—¡Oh, es verdad! Sasuke y tú tenían una enciclopedia de almohadillas, la Anciana Gato nos contó.

Itachi comenzó a caminar enfrente de mí. Esta vez no tenía su tímida capa de akatsuki, llevaba un pantalón que asemejaba a un deportivo y una camisa blanca.

—Fue un favor que le pedí a Nekomata, yo sabía que Sasuke volvería por esa misión. Fue un limite que él rompió.

—¿De verdad?

Llegamos a nuestra habitual guarida de estos días. Se sentía un ambiente de nostalgia, sin explicación alguna. Tenía miedo, y de la misma manera, no entendía el por qué.

Era una paz que iba a romperse y teníamos que fingir que nada pasaba pero mi ansiedad me carcomía por dentro.

—Sí. Mi tonto hermano menor siempre superándose.—Rió amargamente.—Supongo que fue algo difícil para él... En cierta forma, creció detrás de mi sombra y con el padre que teníamos, era aún más difícil en aquellos tiempos. Incluso Izumi le tenía miedo.

—¿Izumi? Oh...—recordé—... La chica... ¿La extrañas?

Su mirada parecía perdida pero al escuchar mi cuestión, sonrió ligeramente.

—Ella hacía mi vida, de cierta forma, más fácil. Cada vez que nos veíamos, era como sentir aire fresco... ¿La extraño? Claro que sí, tanto como a mi mejor amigo Shisui. Tuvimos algo bonito pero, siempre tenemos que sacrificar algo si vamos a cambiar el mundo.