La Luz de los Uchiha

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                        Propuesta

Podía sentir el beso de Sasuke en mi frente como si éste lo hubiera tatuado en mí. Mi cuerpo sintió una descarga eléctrica a su tacto y mi corazón, por primera vez en años, se sintió completo.

No podía irme a sus brazos después de tanto tiempo... Claro, eso me decía mi cerebro. Pero otra parte de mí, el corazón que nunca escucha, me pide a gritos que lo abrace y no lo deje ir jamás.

Llegué a Konoha, después de tres días de trayecto. Parecía la misma aldea que dejé hace días pero yo me sentía como una persona diferente. Por suerte, no tuve ningún inconveniente y ningún Uchiha, que parecían buscarme a la par, me detuvo en el camino.

Me dirigí hacia la Torre del Hokage y entré. Mi maestra y Shizune me vieron con sorpresa.

—Sakura, ¿qué es lo que sucede? ¿Por qué llegaste tu sola?

—Mi Lady, tengo información sumamente urgente que me otorgó Uchiha Itachi.

La rubia sennin se sobresaltó, y se levantó, tratando de mantener la compostura. Le entregué el pergamino que Itachi le dio, y comenzó a leerlo frente a mis ojos.

—Tendrás que explicarnos cómo sucedieron las cosas, Sakura—dijo Tsunade, después de leer el pergamino.

—Claro, mi lady, el día que fui...

—No solamente a mí. Mandaré llamar a los consejeros. Mañana repórtate aquí a primera hora. Ve a descansar.

Tragué saliva. ¿En qué lío me metió Itachi?

(...)

Al día siguiente, con los nervios tratando de acabar con la poca estabilidad que me queda, aparecí a primera hora a la Torre del Hokage. No había podido conciliar el sueño, mi insomnio se resumía en un simple y poderoso apellido: Uchiha.

—Sakura, ya puedes pasar—me llamó Shizune, mirándome con preocupación.

Asentí. Entré a la oficina de Tsunade, y me encontré con ella, dos ancianos y hombre de mediana edad lleno de vendas cubriendo la mitad de su rostro y un bastón a su lado.

—Haruno Sakura, estos son los consejeros de Konoha: Homura Mitolado y Koharu Utatane—dijo Tsunade, presentándome a los dos ancianos—Y él es Danzō, el líder de Raíz.

El superior de Sai, el chico que me acompañó a la misión de las plantas medicinales. Parecía un señor misterioso y oscuro.

—Un gusto—dije al dar una reverencia y me enderecé.

—Comienza por explicar tu alianza con Uchiha Itachi—dijo Danzō.

—No hay ninguna alianza, si ustedes no me lo permiten. Realmente, no entiendo por qué me eligió a mí. Lo que sucedió...

Comencé a explicar con lujo de detalle el encuentro. Decidí guardarme para mí, y también para Tsunade, la condición de Itachi. Y por supuesto, no puedo hablar con nadie sobre mi reencuentro con Sasuke.

—Bien—comenzó a decir la anciana Koharu—Creemos que las intenciones de Itachi serán beneficiarias para la Aldea.

—Sakura, tu misión será acudir a las reuniones con Itachi Uchiha y ayudarlo en lo que necesite, a cambio de la información y mensajes que nos mande.

—¡Esperen, no pueden mandar a Sakura a una misión como esa!—intervino Tsunade.

—Princesa Tsunade, hay cosas que desconoces del pasado—comentó Danzō—Cosas que solo sabemos los consejeros, el difunto Hiruzen y yo.