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¿Qué pasa cuando toda tu vida has estado encerrado en tu casa como una forma de protegerte de tu mismo reino?
Jungkook, un Omega de veinte años sale en búsqueda de su madre sin interesarle nada más que eso.
Nunca esperó tener que hacerl...
"...Por esa razón nuestra Eun-bi es una excelente chica para usted, joven príncipe" el rey que se encontraba frente a él habló orgulloso mirando a la mencionada. Esta miró al piso avergonzada y se alcanzaba a ver cómo sus dos mejillas tomaban un color rosado.
Siendo sinceros, hacía como dos horas que dejó de prestar atención a la plática y de pronto se le hizo muy interesante su zapato.
Así es, jugaba con sus zapatos quitándolos y poniéndolos con sus pies mientras fingía prestar atención. Claro, siempre disimulando.
No lo culpen, la primera media hora quiso e intentó prestar atención a lo que decían, sin embargo, solo revoloteaban lo bien entrenada que estaba la princesa y que nada le haría falta a él. Todo lo que quisiera le cumpliría y más cosas.
También lo fértil que podría llegar a ser, ya que siendo ambos alfas, la probabilidad de un embarazo disminuía, sin embargo, ellos juraban por sus vidas que Eun-bi podría darle cuántos cachorros quisiese.
Que horrible ¿no?
"¿Qué dices hijo, estás de acuerdo?" su padre le preguntó haciendo que todos le miraran y estén atentos a su próxima respuesta.
Tomando su postura contestó.
"¿Perdón?" mentalmente se regañó por no haber prestado ni un poquito de atención, pues ahora no sabía ni en qué día se encontraban.
"Que qué dices, ¿estás de acuerdo con lo que acaban de decir los reyes?" volvió a cuestionarle.
Una gota de sudor bajó por su frente y muchos pensamientos empezaron a mostrarse en su mente.
"Santa luna, santa luna"
"¿Y si ya me comprometieron y digo que sí?"
"No puedo contestar si no sé de qué me están hablando"
Necesitaba pensar algo rápido para zafarse de esta, una palabra en falso y se mete en un gran problema.
"Eh" miró hacia arriba buscando de alguna manera inspiración para su siguiente oración, algo que lo iluminase, lo que sea" Yo..." carraspeó un poco frotando sus manos bajo la mesa.
Unos pasos se escucharon afuera del salón donde se encontraban y la puerta fue tocada.
"Majestad, permiso para la princesa Mina"
Namjoon le echó un vistazo hacia donde provenía la voz disculpándose por la interrupción.
Tardó unos cinco segundos en pararse y reverenciar pidiendo nuevamente disculpas.
Namjoon caminó a la puerta y él mismo las abrió con postura firme.
As personas que se encontraban tras ellas dieron un pequeño brinco por la acción inesperada, mientras que los reyes, la princesa y Taehyung observaban expectantes.
Los guardias no dudaron en reverenciar.
"Lamento interrumpir su majestad" Mina dio un paso al frente cuando habló. Namjoon alzó las cejas esperando a que continuara y salió de ahí con ella lejos de los otros individuos
"Lo solicitan en su despacho, como usted estaba en una reunión no quisieron interrumpir y me pidieron que yo le dijera. Lamento mucho las molestias" mordió su labio inferior.
Kim negó con la cabeza.
"De acuerdo, gracias por venir, iré en cuanto pueda"
Por otro lado, Taehyung mojó sus labios cuando la atención regresó a él.
"Sabemos que usted es un gran príncipe, alteza. Nos honraría mucho que considere desposar a nuestra hija" el rey habló "Sería una decisión muy buena para ambos reinos" comentó tratando de convencerlo.
Taehyung alzó un lado de su boca intentando hacer una sonrisa incómoda porque ni a eso llegó.
"Claro... consideraré todo lo que hablamos, agradezco que se tomaran las molestias de venir e irse" susurró lo último queriendo ya sacarlos.
Los presentes le sonrieron y la alfa Eunbi ni siquiera le miró a los ojos.
Reprimió un bufido.
El sonido de las puertas se escucharon nuevamente y apareció su padre.
Y hasta ahora se preguntarán ¿Dónde está la reina? ¿Por qué no está presente en el salón?
Porque ella no tenía el mismo valor que Namjoon, así de simple. Si no se le requería, no tenía porqué estar ahí.
Los pasos firmes resonaron.
Realmente el rey se veía imponente. Tenía una gran altura y cuerpo fornido, su aura de por sí era dominante y el porte que tenía era excelente.
Sus vestimentas siempre eran adecuadas al momento y la corona brillante nunca faltaba.
"Realmente me disculpo, es muy grosero de mi parte haberme ido a media conversación. Mis más sinceras disculpas, sin embargo, casi nunca me llaman en mi despacho y debe ser urgente el hecho de que me soliciten"
Los otros se apresuraron a negar.
"Para nada alteza, no tenemos problema en que se fuera... y no mal entienda, su presencia es muy grata, pero de hecho, el príncipe Taehyung es muy respetuoso y habló un poco con nosotros en lo que no estaba"
Su padre buscó su mirada y notó un destello en sus ojos.
"Comprendo"
Un silencio muy incómodo se formó por unos cinco segundos eternos.
El otro rey carraspeó.
"Debe estar ocupado... y no solo usted, sino también Taehyung" sus ojos se abrieron "Perdone mi falta de respeto, príncipe Taehyung... mi esposa, mi hija y yo nos retiramos. Agradecemos que nos hayan recibido con las puertas abiertas" volteó al Kim menor "Gracias por todo, esperamos su respuesta"
En seguida las dos mujeres se levantaron.
"Que grato rato hemos pasado, gracias altezas" habló la reina.
"Muchas gracias por su tiempo majestad" se inclinó y nuevamente la mirada cayó sobre el menor que también se había parado para despedirse "G-gracias príncipe" miró al piso.
Taehyung se esforzó en su sonrisa.
"Gracias a ustedes por venir" se limitó a contestar.
Y no pasó mucho tiempo cuando la carroza de fue de su palacio llevando el camino fuera del reino.
"Puedes irte a tu habitación Taehyung, estaré en mi despacho viendo unos pendientes, no me interrumpan" sin más, Namjoon se fue de ahí.
Taehyung apretó la mandíbula y se encaminó a su habitación por fin librándose del primer día.
Mejilim.
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