63

5.8K 458 53
                                    

Atención: Este capítulo contiene una parte de escenas +18.

Pueden saltarse al próximo cuando vean 🔞


Capítulo 63

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 63

El lobo negro aulló bajito golpeando con su hocico la cabeza del pelinegro.

Aquel animal buscando la manera de despertar a su omega, este apenas abriendo sus ojos.

El llanto del mayor no se hizo esperar, las aves del bosque volando curiosas ante tal horrible llanto de ese lobo, ese lobo llorando por su pareja.

Su lengua lamió todo el rostro para mantenerlo despierto, sus patas agachándose para que entendiera y se subiera en su lomo.

Taehyung animando para que le hiciera caso, y el más chico apenas trepando ahí.

Cuando una de sus patas tocó la explanada del reino, aulló dando la indicación esperada para que los guardias acaten la orden y mataran a los fieles de su padre.

A todos esos traidores.

Absolutamente todos.

Cuando vio a su omega casi caer, su mundo se le vino encima. Sintió un fuerte dolor en su pecho y a su lobo desgarrarle el alma.

Estaba tan feliz de haber tomado a Jungkook que no le importó nada más.

Ignoró a todos, menos a Mina y a Jennie que parecían inquietas, y transformándose de nuevo, les dijo que necesitaría un momento a solas con su omega. Tal vez un poco más que ese momento o hasta que quisiera salir. Ellas entendieron que tenían que arreglar su situación.

Y con Jungkook recostado en su ahora pecho caminó hasta la puerta de su habitación, abriéndola y recostando a su omega en la cama.

De tanto movimiento este abrió sus ojos otra vez, observando a su alfa con una débil sonrisa.

Era tan hermoso.

Su corazón latió fuertemente.

Acercó su mano a la mejilla de Taehyung para llamar su atención y este lo miró con ojos llorosos.

"Mi a-" su voz se cortó, una lágrima traicionándolo "V-ven, te preparé una ducha, Jungkook" quiso dar un beso en su frente, sin embargo, no lo hizo. Aguantando las ganas de nunca más soltarlo al verlo en ese estado, ni siquiera sabía qué hacer o decir.

Se sentía una basura.

No tenía derecho alguno sobre él.

Cargó a Jungkook hasta la bañera, donde dejó ropa limpia, preguntándole si era necesario quedarse, el omega asintiendo y pidiéndole bajo que le ayudase.

Ayudó en desvestirlo, en abrir la llave para llenar la tina, en lavar sus cabellos, en lavar su piel y su panza.

Su pecho ardiendo cada vez que pasaba su palma por la bolita de su estómago.

La corona | Taekook |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora