CAPÍTULO XL

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LAS FOTOGRAFÍAS

Inesita estaba segura que algo bueno había logrado con la reciente conversación; la expresión osca de Daniel fue sustituida poco a poco por una reflexiva.

Hugo notó que su asistente estaba ansiosa, como con la cabeza en otra parte. Trató de llamar su atención:

--¡Hoy ha sido un día largo...eterno! ¿Qué hora es? ¡Bueno, qué importa, si por hoy no hay nada más qué hacer! ¡Si salimos bien de este contratiempo al que nos ha metido esta niña, juro que pediré un aumento de sueldo, pero uno bien gordo, así como su amiga! –Hizo una pausa esperando que su ayudante defendiera a la aludida, lo cual no sucedió. -- ¡Ah, me encontré a Beeeerta allá afuera...fingió que salía del baño, pero no, yo sé que estaba chismeando como siempre! –Dijo Hugo--

Inesita se había visto interrumpida de sus oficios en el taller, cuando surgió la discusión y el agarrón entre Armando y Daniel. Mientras Hugo parloteaba, ella ordenaba lo que había quedado pendiente, así como se deshacía de los materiales usados para la curación de Daniel.

La ropa de la nueva colección colgaba del perchero dentro de sus fundas, a excepción de la camisa azul, que todavía se exhibía. Algunas piezas a veces debían ser lavadas y planchadas de nuevo, sobre todo aquellas de colores claros, que fácilmente se ensuciaban. Inesita se dispuso, entonces, a revisar las que pensó podrían ameritar llevarse a lavandería, pero, por fortuna, las piezas estaban intactas, con apenas un sutil perfume en sus telas.

--¡Daniel salió de aquí muy tranquilo...! ¿Me la trató bien? ¿Le agradeció la gentileza de curarlo? ¡Ya lo creo que no! –Dijo Hugo—

--Don Daniel me lo agradeció, claro que sí, aunque no podía hacer menos por el –Replicó Inesita—

-- ¡Tramposo, el señor! ¿Se dio cuenta? ¡La verdad es que se merecía haber quedado peor que Armando! –Hugo se echó reír—

--Era cuestión de tiempo para que esa pelea física se diera. Ahora, lo que resta es pedir porque no vuelva a suceder—Inesita lanzó un suspiro.

-- ¡Dejémosle eso a Betty, ella es una experta en lidiar con machos cabríos! Por cierto, ¿se dio cuenta de cómo le sonrió? – Hugo estaba muerto de la curiosidad--

--¿Quién? ¿Don Daniel? ¡Usted está viendo visiones, don Hugo! –Replicó Inesita, que también lo había notado, pero prefería no darle cuerda a su jefe, que, estaba segura, quería sonsacarle todos los detalles sobre el pleito. —

"Aunque los tuviera, como creo lo deben tener las muchachas, no se los daría", pensó Inesita.

Daniel nunca pronunció la palabra "Gracias" hacia ella, pero Inesita sabía que su gesto había sido valorado y, esperaba confiada, que sus palabras también.

Hugo se jactaba de no ser chismoso, pero la verdad es que tampoco era discreto. ¡Cuando se enteraba de asuntos delicados sobre otros, dependía quienes fuesen los involucrados, para que él se reservase el impulso de comentarlos! En aquel momento se moría de ganas por saber detalles del pleito, por confirmar si lo que se rumoraba en los corredores era cierto.

--¡Si mi March hubiera visto semejante bochinche, se muere ahí mismo...aunque estoy seguro, no va faltar quien le llame y le cuente el chisme! –Dijo Hugo, mientras se sentaba en su silla de respaldo de cuero, detrás de su escritorio—

--Usted no se le ocurra contarle nada, por favor. No es bueno crear más conflicto entre ambas familias. –Dijo Inesita—

--En producción ya andan las bolas de que todo lo empezó Daniel... ¿Puede creerlo? ¡Apuesto mi genial cabeza a que todo lo empezó el troglodita de Armando!—Dijo Hugo—

YSBLF_ El Matrimonio (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora