CAPÍTULO XXII

3.9K 196 109
                                    

EL AMOR SE ASOMA POR TODOS LADOS

El lunes por la mañana que llegamos a Ecomoda nos encontramos con el cuartel en sus debidos lugares, pero con la ansiedad pintada en el rostro. Apenas Mariana me vio entrar se emocionó más de lo normal, como si quisiera decirme algo que no podía en presencia de Armando.

--Buenos días Betty, Buenos días don Armando ¿Cómo amanecen hoy? ¡Esperamos no haberlos desvelado ayer! –Dijo Mariana, haciendo un leve movimiento de caderas, el cual pude notar a pesar de que estaba detrás del escritorio—

Nuestros invitados del domingo se fueron en el orden en que habían llegado, primero se fue doña Catalina, quien parecía bastante apenada por algo en lo que ella no tenía culpa y, además, por algo que en realidad había aportado a mejorar, ya que después que ella intervino los niños demostraron un poco más de quietud. Después se marchó Nicolás con la amiga o nuevo prospecto que había traído, quien dejó una agradable impresión en todos. Mi mamá lo había, prácticamente, obligado a marcharse, justo al mismo tiempo que ella y mi papá. La cuestión se había vuelto un poco de locos, porque si estando mi papá y Nicolás en sus cinco sentidos siempre encontraban una razón para discutir, estando pasados de trago, la situación se volvía un poco acalorada. Después se fue el cuartel, casi todas bastante sobrias, a excepción de Aura María, quien afortunadamente no reaccionó de una manera reprobable o diferente ante el licor.

--¿En esa calva no hay otra historia interesante que contar que no sea sobre sus antepasados? –Dijo Nicolás, atreviéndose a tocar la cabeza de mi papá como si fuera una máquina de escribir. El alejó su mano de un manotazo—

--Al menos yo tengo un antepasado relevante e interesante del cual hablar, en cambio usted ¿qué, Microlax? ¿De qué familiar prestante se puede jactar? –Dijo mi papá—

--Pues de todos, don Gérmenes, porque todos han sido gente muy correcta, tal vez no de plata como el tal Lázaro Pinzón, pero gente muy honorable como usted dice –Dijo Nicolás, soltando una risa triste—

--Es que no se trata de plata, ni de honorabilidad, sino de las cosas que hizo, lo que conquistó, la prestancia que le daban porque era un hombre de porte, de ideas, de convicción, un hombre que lograba las cosas sin grandes esfuerzos. Algo así como un hombre afortunado era viejo Lázaro. –Dijo mi papá—

--Un hombre iluminado por los astros—Concluyó Mariana, con los ojitos danzantes por los tragos, pero siempre mostrando su misma expresión risueña—

--Bueno, qué lástima que ese señor no le haya heredado todo eso a usted, don Gérmenes—Dijo Nicolás—

--Cuando murió ya no tenía tanta plata. Mucha gente se aprovechó de lo buena gente que era y le robaron –Dijo mi papá, apesarado—

--No me refiero a la herencia económica, sino a todas esas virtudes que enumeró: el porte, la suerte, la fama... Usted salió bastante infortunado... –Dijo Nicolás, echándose a reír—

-- ¡Nicolás! –Dijo Marina, a modo de regaño al tiempo que esbozaba una sonrisa fingida—

--Lo ve, niña, este es el novio que se acaba de conseguir, un majadero de esos que ni mandados a hacer. ¡Qué falta de respeto! –Se quejó mi papá—

--No les haga caso, niña Marina, estos dos ni enfermos dejan de discutir por tonterías—Dijo mi mamá, poniendo los ojos en blanco--

El cuartel murmuraban entre sí sobre algo que no alcazaba a escuchar, pero estaban atentas a la discusión que tenían Nicolás y mi papá. Doña Catalina estaba sentada a mi lado derecho, con una expresión relajada, un tanto meditabunda.

YSBLF_ El Matrimonio (Parte II)Where stories live. Discover now