·•❃•10. Esperanza.

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❝La furia de la humanidad encarnada

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(Nombre) emergió del trance. ¿Cuánto tiempo llevaba en ese estado? Tomó profundas bocanadas de aire y se pasó la manga de la chaqueta desde los ojos hasta el mentón. Ni siquiera había tiempo para eso, no cuando sus vidas aún estaban en riesgo y la misión continuaba en curso.

Tal vez reprimirse como solía acostumbrar no era lo adecuado, ¿pero qué otra cosa podía hacer ese momento? Debía seguir adelante y esforzarse por salir de aquel infierno, ya después tendría la oportunidad de desahogarse todo lo que quisiese. Cerró los ojos, conteniéndose incluso con el asfixiante dolor que la carcomía por dentro y amenazaba con destrozarla. La intensidad de éste logró opacar las molestas punzadas de la nueva migraña que se avecinaba.

El goteo débil de la lluvia ingresó a sus oídos en compañía de múltiples pasos estruendosos y lentos. Dudaba que algún titán pudiera entrar a ese callejón cuya anchura apenas rozaba el metro y medio, pero sería ingenuo confiarse.

—Armin —agitó con suavidad el hombro del chico, quien todavía estaba aferrado a ella susurrando «lo siento» cada cierto tiempo—. Tenemos que irnos, hay varios titanes cerca.

Él alzó la cabeza, dejando a la vista sus ojos enrojecidos e hinchados a causa del llanto, ligados a una mirada desolada. Se apartó de forma pausada, permitiéndole a (Nombre) pararse e ir a inspeccionar la calle, Armin la vio pegar su espalda a la pared y asomarse por la esquina con sigilo. La joven ya no encontró a Hannah por ninguna parte, lo único en movimiento eran tres titanes; uno de doce metros y los restantes que parecían ser de clase seis o tal vez siete.

Las campanadas indicaron la retirada de los escuadrones, así que debían dirigirse a lo alto del muro a la espera de sus siguientes órdenes.

Le dio un vistazo a Armin, ni siquiera le pasó por la mente que pudiese ayudarle combatir en un estado que lucía peor que el suyo. Mejor escogió la opción de ahorrar el combustible que les sobraba, entonces se adentró más en el callejón y le hizo un ademán al rubio para que la siguiera.

—Eren creía que eras diferente —murmuró el más bajo de pronto, sonando ahogado y sin fuerzas.

Plantó su vista en el semblante femenino con cierta indecisión, como si poco a poco recuperara la confianza para mirarle de frente. Una alarma de peligro se encendió en su cerebro antes, advirtiéndole que había algo siniestro ardiendo a su alrededor e iba ser despedazado por ello. Para su suerte, aquello se desvaneció y no tardó en preguntarse cuándo volvería. No era la primera vez que sucedía y estaba seguro que tampoco la última.

—¿Diferente? —preguntó de manera automática, sin detenerse ni voltear hacia atrás.

—Cuando le conté lo que me dijiste esa tarde... se emocionó. —A (Nombre) le escocieron los ojos de vuelta, sus labios formaron una tensa línea recta y tragó saliva, sin saber si conseguiría aguantar hasta el final del día siquiera—. Estaba feliz porque pensó que estar rodeada de muros te aburría... que no te conformabas con vivir así como los demás. Le agradó pensar que tenías algo en común con nosotros, por eso en estos seis meses no quiso aceptar que querías irte...

Su mirada muerta fue testigo del temblor en las manos de la chica mientras agarraba una de las empuñaduras de sus espadas. La imitó con movimientos igual de torpes aunque casi precavidos.

En cuanto se elevaron a los tejados, (Nombre) estrechó los párpados tratando de enfocar la vista debido a la llovizna. ¿Realmente Eren se sintió así? Era imposible que Armin le mintiera en un momento como ese, bueno... nunca lo había hecho en ningún otro. Era consciente de que a Jaeger le molestaba lo que planeaba hacer, pero no que le haya dado gusto descubrir de qué iban sus sueños.

Demonios;; Eren Jaeger x Lectora | Shingeki no KyojinWhere stories live. Discover now