·•❃•3. Frustración.

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De una mano a otra

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—¡Son muy lentos! ¡Corran, pedazos de mierda!

La marcha se había vuelto difícil luego de estar trotando desde las cinco con treinta de la madrugada, y en una condición climática que dificultaba el entrenamiento. La lluvia les reducía la visión y los charcos de lodo provocaban que algunos cadetes se resbalaran al pisarlos.

La hora del desayuno ya estaba cerca, después de estar cerca de dos horas recorriendo una larguísima distancia que no parecía tener fin y llevando una carga pesada en la espalda, el grupo estaba muriendo de hambre y cansancio. El bosque era extenso y (Nombre) estaba segura que esa ya era su tercer vuelta alrededor de éste. Luego de haber realizado ese entrenamiento varias veces en los cinco meses que habían pasado desde el enlistamiento, poco a poco sus cuerpos iban adaptándose a su ritmo y ganando cada vez más resistencia para soportar la fatiga acumulada.

No a todos los jóvenes se les asignaba la misma actividad o entrenamiento, se dividían en distintos grupos. Durante la mañana a (Nombre) le tocó estar en el grupo conformado para ese entrenamiento, que tenía como fin mejorar la resistencia y la fuerza física. Estaría ahí por dos semanas, siguiendo la misma rutina durante ese lapso.

El otoño había iniciado hacía apenas un mes atrás, por lo que cada gota de lluvia que golpeaba su rostro y su cuerpo estaba gélida, siendo la única sensación que disfrutó.

Y es que las otras sensaciones se relacionaban a lo pesada que se fue tornando su respiración a inicios de la segunda vuelta, cómo su garganta había empezado a quemar tanto como sus piernas e incluso el tobillo que en ese instante se le torció ligeramente, produciéndole un tirón de dolor que por suerte no interfirió en el avance.

Por un instante creyó que el instructor lo había notado, pero el hombre retrocedió en su caballo hasta estar a la par de Armin, quien jadeaba de manera sonora y podía decirse que casi arrastraba los pies por el barro.

Si continuaba a ese ritmo no solo le restarían puntos por ser el último en llegar a la meta, sino que en sus horas correspondientes de descanso tendría que hacer una actividad extra durante tres días, la cual consistía en unirse a cada grupo que le tocara encargarse de la cocina o la lavandería.

—¡¿Qué sucede, Arlert?! ¡Eres el único que se está quedando atrás! —Cualquier cadete de la Tropa podía estar de acuerdo con que Armin era extremadamente inteligente y estratégico, un auténtico genio, pero que le iba muy mal cuando se trataba de ejercitar el físico—. ¡¿Es demasiado peso para ti?! ¡¿Debería hacer una excepción y dejarte abandonar la carga?! ¡Si esto fuera una misión real ya serías comida para titán!

Shadis regresó con el resto. Aquellos que iban a la cabeza del grupo supieron que obtendrían el puntaje más alto en cuanto visualizaron la salida del bosque. Era demasiado beneficioso. Todos estaban de acuerdo con que el momento más increíble del entrenamiento de resistencia era el final, en especial para (Nombre), porque sabía que la hora del desayuno estaba solo a unos minutos.

Y aunque la comida fuera insípida en ese lugar, se agradecía.

Se encaminó a paso lento hacia los vestuarios, experimentando la tensión en cada músculo con el más mínimo movimiento y detestando el peso extra en sus botas a causa del barro.

Demonios;; Eren Jaeger x Lectora | Shingeki no KyojinWhere stories live. Discover now