Demonios;; Eren Jaeger x Lectora | Shingeki no Kyojin

·•❃•2. Equilibrio.

❝El equipo de maniobras tridimensionales no se usa estando de cabeza❞

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Acompañar a una chica para alimentar a otra no estaba en los planes de (Nombre). Esperaba que apenas culminara la cena, se iría directamente a su dormitorio, pero no fue así.

Christa le propuso llevarle algo a la chica patata para que no se fuera a dormir con el estómago vacío. Aceptó ir ya que no quiso tirar el pan que dejó a la mitad, pues era consciente de que incluso el ejército atravesaba por una situación complicada desde que se perdió el muro María y se les dio refugio temporal a los afectados en el muro Rose, así que no se podía dar el lujo de desperdiciar los alimentos.

Cuando se encontraban en marcha a la parte trasera de las cabañas, sus sentidos se alertaron al sentir un par de ojos situándose en su espalda, por lo que de inmediato viró la cabeza temiendo que fuese el instructor, pero se encontró a Eren en su lugar. Respiró aliviada al mismo tiempo que él daba un brinco de sorpresa por haber sido descubierto. Le hizo una señal con la que le pidió que guardara el secreto y volvió a mirar al frente, esperando que no las fuera a delatar con alguien.

Pero lo que no se esperaba al girar la cabeza es que serían recibidas por Sasha, quien se abalanzó sobre Christa para arrancarle el pan de las manos. <<¿Pero qué...?>> La rubia dio un pequeño alarido al caer al suelo y (Nombre) se puso alerta enseguida, observando atónita a la chica que les daba la espalda y gruñía sosteniendo el alimento en su boca, como si de una bestia hambrienta se tratase.

—Esto es... —sostuvo la pieza en su mano y le dio un vistazo—, ¡pan!

—Lo siento, es todo lo que pude conseguirte —respondió la de orbes azules, Sasha se giró lentamente para mirarla—. Pero antes deberías beber un poco de agua —sonrió con ligereza.

De un momento a otro, la chica de cabellos castaños creyó que en verdad había fallecido y se encontraba en el paraíso. El aspecto delicado de Christa la hacía lucir tan angelical.

—¡¿Dios?! —exclamó, en menos de un segundo se le acercó para agarrarla de los hombros—. ¡¿Eres Dios?!

(Nombre) y la rubia compartieron una mirada de confusión.

—Oigan ustedes, ¿qué hacen? —interrogó otra voz externa.

Las tres voltearon a ver a la joven que habló. Mientras Sasha empezaba a devorar su alimento de forma salvaje, (Nombre) reconoció a la cuarta como una de las pocas personas que no se presentó. Algunas pecas se esparcían por su semblante indiferente y su cabello marrón iba recogido en la parte baja de su cabeza. Era una joven alta. Ya no la detalló más para cuando le dio su partecita a la chica patata, solo le bastó con agitar un poco la mano para llamar su atención y que se la arrebatara en cuestión segundos.

—Verás, es que la chica ha estado todo el día corriendo —explicó Christa, pero (Nombre) nada más se podía mantener concentrada en Braus, pensando en que un pedazo de pan se atotaría en su garganta por no masticar bien.

Bueno, por suerte no pasó porque en cuanto terminó de comer, cayó dormida sobre el regazo de Lenz.

—Y tú solo intentas hacer una buena acción, ¿no? —La rubiecita se sorprendió por lo dicho—. ¿En verdad te preocupa ella? Díganme, ¿qué van a ganar a cambio? —No hubo respuesta—. Como sea... vamos a llevarla a su cama.

—¿Tú también intentas hacer una buena acción? —cuestionó Lenz, confundida.

—Solo busco que me deba un favor —aclaró, sostuvo el brazo derecho de Sasha por encima de sus hombros, (Nombre) se apresuró a sostenerla del otro de la misma manera. De un modo gracioso, los pies de Braus quedaron suspendidos en el aire—. Pienso aprovecharme de ella más tarde —sonrió maliciosa—. Sé que puedo contar con su estupidez.