Capítulo 20

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"Mi mente está intentando sacarte de mi cabeza, pero mi corazón se mantiene aferrado a todas las palabras que me has dicho."


Chiara

He estado ahogándome tanto tiempo que ahora tengo miedo de salir a flote. ¿Qué pasa si no es lo que esperaba?, ¿Qué pasa si la felicidad está sobrevalorada?

¿Y qué se supone que haga cuando salga de la caja con mis alas rotas y no pueda volar?, cómo se supone que les explique a las personas que no todas las personas nacieron con el privilegio de soñar, algunos tuvimos que acostumbrarnos solo a cerrar los ojos.

No quiero arriesgarme, no puedo permitirme ser lanzada al vacío una vez más. No quiero ser siguiendo la flor que las personas escogen de los jardines para luego dejarlas de lado sin importar si muera. Sé que voy a morirme, así que no quiero que me den esperanzas de lo contrario. Pero quiero morir por el cáncer, no por un corazón roto, otra vez.

Mis ojos estudian los de Kelly, teníamos un buen rato en silencio, ambas perdidas en nuestros propios demonios. Ella está convencida que, si las personas eligen ser arrastradas al vacío por ti, entonces no deberías sentirte culpable por su dolor. Pero no puedo evitarlo, es que yo sé como te rompe el sufrimiento, como te hace sentir que no eres suficiente, como sientes ser atravesada vida por las estacas de la muerte.

Es que el dolor es lo único que siempre he sentido y nunca podría hacerme responsable de hacerlas pasar lo mismo que yo.

Pero qué pasaría conmigo, ¿debo pasarme toda la vida intercediendo por el dolor de todos, mientras el mío está a flor de piel?, ¿Soy una mala persona si un día decido ponerme primero?

-¿Estás pensando en lo que te dije hace rato?- su voz es baja y lejana.

-Sí.- le digo y suspiro.

-No tiene nada de malo querer sentirse vivo.- me dice en un tono reconfortante, la siento moverse sobre la cama y noto como se arrastra hasta el borde y se sienta.

-Pero sí quitarles las alas a las mariposas para coleccionarlas, mi felicidad no puede costar la de alguien más.- respondo tomando asiento a su lado y reposando mi cabeza sobre la de ella.

-¿Y quién dice que las personas no pueden ser felices a tu lado?- me reprocha mientras acaricia mi cabello.

-Nunca ha sido de otro modo- le respondo.

Ella suspira.

-Yo soy feliz a tu lado.- me replica.

-No dirás lo mismo cuando me muera.- le digo con mi voz siendo un tono más baja que hace unos minutos.

-No vas a morir, Chiara. Yo no voy a permitirlo.

Abro la boca para contestarle, pero la madre de Kelly tocando la puerta me interrumpe. La señora Anderson entra a la habitación.

-La comida está lista.- anuncia con una sonrisa amigable. -Supongo que comerás con nosotras hoy, Chiara.

A decir verdad, no me gustaría quedarme a comer, pero tampoco puedo negarme.

-Claro que sí, señora Anderson.- respondo forzando una sonrisa parándome de la cama.

Espero ser seguida por Kelly, pero no sucede tan rápido como lo imaginaba. Kelly permanece en la cama, le da una mirada cargada de ironía a su madre.

-¿Kelly?- llamo su atención.

Le toma unos segundos, pero quita la mirada de su padre y se enfoca en mí. Suspira y se levanta de la cama, colocándose a mi lado. Ambas salimos de la habitación detrás de su madre, puedo notar una cierta incomodidad en sus movimientos por lo que tomo su mano.

Tu Nombre En Mis VenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora