Capítulo 6

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"Actualmente la noche está más llena de recuerdos que de estrellas."


Chiara

Me muevo entre los sudorosos cuerpos de las personas que se encuentran bailando, intentando buscar una puerta que pueda sacarme de este lugar. El ruido de los altavoces tiene a toda mi cabeza dando vueltas. Empujo algunas personas en mi huida hacia la puerta trasera, pero no importa. Si paso un segundo más aquí adentro voy a enloquecer.

Kelly me había invitado a una fiesta de su universidad, alegando que era una buena forma de redimirme por haberle gritado hace días. Rechacé la invitación tan pronto como fue planteada, pero cuando decidió contarles a mis padres sobre su idea de diversión ellos se encontraron maravillados de mi participación una fiesta de universidad y ya no pude decir que no.

El humo de un cigarrillo estrella en mi cara cuando chico que está parado en la puerta expulsa la nicotina de sus pulmones. Hago una mueca de desagrado y lo empujo para poder abrir la puerta y alejarme del bullicio y de las personas que actúan como si hoy fuese la última vez que pudiesen ir a una fiesta.

Cuando por fin logro salir el frío viento golpea mi rostro y dejo escapar un suspiro mientras camino hasta alejarme tanto como pueda del interior de la casa.

Las personas fuera de la casa son considerablemente un número más pequeño, pero eso no significa que aún no se sienta abarrotado. El lugar es enorme por lo que empiezo a buscar un lugar que no esté intoxicado de personas, alcohol y cigarros. Camino en pasos apresurados en dirección opuesta a la música y las personas. Mi búsqueda por un lugar tranquilo en donde estar llegó a su fin unos pocos minutos después de haber comenzado cuando al fin encontré un espacio que no estaba repleto de universitarios alcoholizados.

Dejé que mi cuerpo reposará en el frío césped y comencé a contemplar las estrellas que iluminaban la oscura y fría noche. Contemplar las estrellas en otro lugar que no fuese el balcón de mi habitación es un lujo que creí que ya no podría tener a mi disposición. Pero aquí estoy acostada en el césped de una casa cuyo propietario desconozco mirando las creaciones más intrigantes del universo. Aquellos pequeños fragmentos de luz demuestran su belleza solo cuando la oscuridad reina. Mientras más oscura y solitaria es la noche más grande es su intento por brillar. Ayudan a mantener la noche un poco menos largas y triste.

Siento envidia de ellas.

Fueron hechas para guiar a los demás en los momentos más oscuros de la noche.

El olor a cigarrillo en el aire hace que frunza el ceño y aparto la mirada del estrellado cielo para identificar a la persona que está arruinando mi momento de paz. Una figura masculina de aproximadamente un metro noventa se encuentra parado a unos cuantos pasos de mí, intoxicando el aire mientras expulsa humo de su boca tal chimenea la noche de navidad.

-¿Podrías apagar eso?- le pregunto a la silueta desconocida con un toque de molestia en la voz.

El sujeto aun no identificado mueve su cabeza en mi dirección y gracias a la falta de iluminación del lugar no logro ver el rostro de la chimenea humana que tengo a cuantos metros de mí.

-Si te molesta vete a otro lado- responde y le da una última calada a aquel proveedor de muerte solo para sacar otro y comenzar a fumarlo con la misma intensidad que al anterior.

Ruedo los ojos frente a su respuesta y me paro para caminar lejos del imbécil con complejo de dragón que interrumpió mi momento de tranquilidad.

Siempre me he preguntado por qué las personas que gozan de buena salud se empeñan tanto por hacerla pedazos. No se imaginan la cantidad de personas que desearían poder respirar sin necesidad de una máquina. La cantidad de personas que, como yo, amarían caminar sin que el cuerpo se sienta como si lo estuviesen mutilando.

Tu Nombre En Mis VenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora