Capítulo 2

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Theodore P.O.V

-Ted - chilló.

Antes de que Taylor escuchará y viniera y acabara con mi vida, cerré la puerta para que nadie escuchara.

- Lo siento.

Volteé para que no pensara mal, me quedé dando cara a la pared.

-Ted, vete.

-Sophie lo siento- dije- no es que no esté feliz de que estés acá sólo que..

Suspire, me costaba demasiado decir mis sentimientos y más cuando ella los destrozó al irse.

- Espera- me detuvo- me baño y salgo.

Apoyé mi cabeza a la puerta. Cuando escuché el baño cerrándose por fin volteé y me senté a su cama. Era más grande cuando venía, pero claro eso fue cuando tenía 6 años. Miré una foto que tenia en su mesa de noche. Estábamos Phoebe, ella y yo. Era en una de los eventos benéficos de mis abuelos, tenia 15 años. Fue el año más triste y feliz de mi maldita vida.

Escuché cerrar la ducha y esperé, parece que se estaba cambiando dentro del baño. Suspire otra vez, salió con su pijama y sonreí, se veía tiernamente sexy, aunque tratar de aguantar una risa mientras tu querido amiguito quiere salir de tu pantalón a cualquier costa no era tan fácil.

- No te rías- se quejó.

Sonreí, los conejitos animados de su short demasiado corto me causaba muchas sensaciones.

- Que quieres?

Mi risa se fue cuando la escuché.

- Pedirte perdón- encogí los hombros.

- Perdonado, ahora sal.

Frunci el ceño, y negué con la cabeza. No dejaría que fuera el único que pidiera disculpas. Ella también me las debía.

- Ted - advirtió.

- Creo que también me debes una disculpa.

Ella frunció los labios, bajé la mirada a sus shorts, ver a una mujer de 28 años así me daba gracia.

Tocaron la puerta y saltamos.

- Sophie.

Mierda, Taylor. Soy hombre muerto, Sophie me miró y ella también sabía lo que significaba.

Ella me cogió de la mano y me llevó al baño y lo cerró. Me quedé ahí esperando a que Taylor se fuera, miré el baño, y sonreí al ver su sostén encima de un taburete junto a su ropa sucia, si, Sophie tiene unos senos impresionantes, y lo importante que eran naturales. Abrió la puerta y me cogió mirando su sostén, enrojecio y me jaló para que saliera.

- Bien?

- Ted no tengo nada de que disculparme- me miró- me fui para acabar mi carrera, tenia 23 años y la universidad me ofreció esa oportunidad de acabar en otro país, conseguí trabajo y me demoré mas de lo que debía.

- Sophie no es por eso, te fuiste, no me llamaste, ni mensajes, nada- tragué- sabes lo doloroso que fue para mi.

- Al parecer el dolor te duró poco.

Mierda mi pequeña hermana le había contado, o tal vez Taylor, sabía que iba en fiestas y mujeres.

-Sophie si te refieres a..

- Olvídalo Ted - suspiró - no tienes porque darme explicaciones. Es tu vida y por más que me hubiera gustado formar parte de ella como otra cosa más que tu amiga, no es así- dijo tranquilamente.

Por qué? Porqué yo? Ella pudo haber vuelto mas adelante cuando estuviera casado y si ella me decia lo que tanto e esperado que me diga dejaba todo por ella y lo sabía, dejaba a cualquier mujer por ella, dejaba las fiestas por ella. Suspire.

- Así que... nunca vamos a hablar bien sobre esto.

-Eso es todo Ted.

La miré y suspire, a veces era tan terca y era como hablar con una pared. Pero aun asi me habia calado hasta el fondo, en esos 5 años no pude olvidarla. No había de otra, tendría que ser en otro momento.

- Te puedo dar un abrazo?

Sonrió y abrió sus brazos. La abracé, era tan delgada, tan cálida, tan Sophie. Olía demasiado bien, fresa, olía a fresa, me separé de ella y me miró con esa mirada que sentía que me abrazaba.

- Te extrañe Sophie.

- Igual yo Teddy-sonrió.
Teddy. Resople poniendo los ojos en blanco, odiaba ese apodo desde los 13 años, solo lo aguantaba de ella y mamá, Phoebe de vez en cuando, pero de nadie más. Solo ellas tres y papá cuando me molestaba. De ahi mis amigos no, a no ser que quisieran seguir teniendo sus piel rosada y no con una mancha morada.

Ella se rió de mi expresión.

- Tengo que dormir.

Asentí, no me había dado cuenta de que la tenía aun en mis brazos. La quería besar pero no podía, aún teníamos que hablar sobre nosotros.

-Hasta mañana So- sonreí.

La solté y salí de su cuarto, me encantaba tenerla acá, tal vez podríamos empezar se nuevo.

Hermanos GreyWhere stories live. Discover now