Cap. extra 14

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Phoebe P.O.V

Suspiré. Tuve que escuchar casi por una hora las nuevas reglas de mi papá. Estaba demasiado paranoico y no lo culpaba, al menos no mucho.

La persona quien había hecho el atentado aún no era identificada, mi papá estaba haciendo hasta lo imposible por encontrar a dicha persona. Todos en la casa estaban preocupados, mi mamá no paraba de decirme lo peligroso que era salir ya parecía mi papá y hablando de él, mi papá de por sí había multiplicado la seguridad, Ted estaba alarmado por Sophie, Erika y yo.

Lo único bueno de todo es que podia pasar todo el tiempo posible con mi pequeña sobrina, tiempo en el que había estado en España. Erika era una réplica exacta de Ted.
Sus ojos azules, su cabello castaño, su forma de reír. Mi papá decía que era idéntica a mamá cuando era niña y era por eso que era la nieta favorita, y la única.

Por ahora.

Suspiré. Debía de llamar a la clínica de allá para ver como salieron mis resultados.

-¡Tía!

-Erika- advertí.

Se rió de forma y traviesa, ella sabía perfectamente que me molestaba que me llamará tía, tan solo tenía 21.

-Phoebe- susurró.

-¿Qué pasó pequeña? - me senté a su lado en la sala de mis padres.

-¿Cuándo tendrás un hijo?

Y con eso mi hermano se detuvo en seco y mi papá se atragantó con el vino que estaba tomando. Rodé los ojos, ya pasaron tres años y ellos aún no aceptaban que ya era grande. Bueno, al menos Ted hacía el mayor esfuerzo y eso era porque ahora se ocupaba más de su esposa e hija, o si no estaba segura que seguiría siendo igual.

-¿Por qué lo dices?

-Me siento sola- hizo un puchero- quiero tener a una prima para jugar con las barbies o un primo para que me ayude a construir- dijo con voz cantarina mientras armaba su lego.

Me reí, los dos hombres estaban atentos a mi respuesta.

-Pero tienes a papá.

-Mi papá no juega bien a las barbies- frunció el ceño a Ted quien estaba sonriendo.

Y como lo dije, igual a Ted.

-Es que el jamás fue bueno con las mujeres- susurré siendo consciente que me escuchaba- es más con tu mamá. .. Au.

Me quejé cuando me cayó una pelota de tenis en mi cabeza y que sabía muy bien quien lo lanzó.

-¡Papá!

-Ella empezó.

Mamá entró a la sala.

-Siguen siendo iguales.

Se puso al costado de papá y luego vino Sophie quien se sentó en las piernas de Ted. Le pasaba a Erika las demás piezas pequeñas del lego, algo me decía que ella terminaría siendo más como mi tío Elliot aunque también le gustaban las barbies.

Erika se me quedó mirando. Sonreí mientras entrecerraba los ojos y miraba más atenta.

-Quiero que mi primo o prima tenga tus ojos- dijo.

Siguió con las piezas.

-O azules, es mi color preferido.

Azules. Igual que los de Sam. Aún no le decía sobre la prueba.

-Pues tendría que estar con un chico de ojos azules.

Ya lo estaba. Imaginarme a un niño o niña con el mismo coloe de ojos de Sam simplemente me alegraba demasiado. Un niño le vendría bien. Inconscientemente se me formó una sonrisa.

Hermanos GreyWhere stories live. Discover now