Capítulo 16: Una vista maravillosa

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Entonces te diste cuenta: Ambos se encontraban dentro del mecanismo del mismísimo Big Ben.
Era una gran torre con escaleras ascendentes en forma de caracol que llegaban al tope del edificio.
Los engranajes crujían, pero no era un sonido exactamente molesto, más bien era la armonía de miles de piezas metálicas bien ensambladas que dejaban funcionar todo el sistema de aquel reloj.

—Y ¿Que opinas?— pregunto John al verte pasmada y observando alrededor.

—Debo decir que no es para nada lo que me esperaba—dijiste, dirigiendo tu mirada directamente a sus ojos— Es...muy original. ¿Cómo conseguiste que nos dejarán entrar?

—Ahh, no te preocupes por eso— respondió el, dedicándote una sonrisa— Cuando uno pasa mucho tiempo sirviendo al país... consigue ciertos beneficios. ¿Te gusta?

—Claro...aunque—dijiste con un apice de desconcierto, pero mostrandote realmente interesada— No entiendo ¿Para que es la llave que me mostraste?

—¿Eso? Pues es lo que sigue—te dijo.
Entonces John avanzó delante tuya, llegando al borde de la escalera que se elevaba a lo largo del mecanismo del reloj. —¿Damas primero?—continuó, haciendo un ademán para que fueras delante suya.

Sonreiste, con los ojos entrecerrados y llenos de curiosidad mientras subías junto a él por las largas escaleras serpenteantes a través del reloj.

De ves en cuando se detenían para observar como el piso se alejaba cada vez más y para admirar la altura de semejante construcción.
Era un monumento oscuro, pero no desagradable. Tenía un apice de escenografía dramática que se acentuaba gracias a la poca luz que entraba desde el tope del edificio y de la entrada principal en dónde el guardia principal custodiaba.

Sentías como el doctor te miraba cada vez que admirabas alguna cosa del lugar: Era una mirada atenta, apacible y que te hacía temblar de nervios cuando se mostraba muy cerca de ti.

—Siempre creí que el reloj era grande—comentaste cuando casi llegaban a la cima de los escalones— Pero ahora me parece inmenso.

—Siendo honestos... Yo tampoco recordaba sus dimensiones exactamente— comentó John— La última vez que vine aquí fue por un caso con Sherlock, y debo admitir que parece que creció.

—Ahh, eso es bueno. Creí que yo era la que tenía poca resistencia— bromeaste, dejando escapar un suspiro entre cada palabra.

Realmente era cansado subir semejantes escalones y seguramente terminarías sudando más de lo esperado en una primera cita. Pero no le tomaste mayor importancia, al igual que John.

Cuando llegaron a la cima, se detuvieron un momento para recuperar el aliento.
Sentiste como una película de sudor envolvía tu frente poco a poco y notaste que John también tenía un brillo similar en la suya.
Se desabrochó un par de botones de la camisa, sin llegar a parecer indiscreto, pero dejando ver su clavícula y parte de su pecho algo insinuantes debajo.

Desviaste tu mirada, mínimamente apenada y te retiraste el sudor debajo del cuello con un pañuelo que llevabas en tu bolsa. También le ofreciste uno a John.

—Ohh, gracias, (Nombre)— te agradeció— Perdona, no pensé que fuera tan agotador...

—Te disculpas demasiado, John—contestaste de manera simpática— Está bien, me hacía falta un poco de calentamiento.

Ambos se sonrieron mutuamente.

—Ya no aguanto el suspenso— comentaste una vez que hubieron recuperado el aliento— ¿Que hacemos aquí exactamente?

—¡Haha! Bueno, ahora... Se viene la parte interesante— Río John. Entonces saco nuevamente la llave que guardaba en su bolsillo mientas te ofrecía nuevamente su brazo para guiarte.

Caso sin resolver (John Watson x tú)Where stories live. Discover now