Capitulo 23: El frío del invierno

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Entonces se acomodaron ahí, uno al lado del otro.
Realmente no hubo más palabras, solo un cortés "buenas noches" y unas cuantas sonrisas nerviosas antes de acomodarse para dormir.
Efectivamente, la cama era espaciosa, pero no podías evitar sentir algo de frío a pesar de la compañía del doctor.
Ese era un invierno que jamás habías sentido. Londres tenía uno de los climas más fríos en ese momento, pero tú mente divagaba más allá, no centrándose en la temperatura en si, sino en tu respiración nervios por tenerlo al lado tuyo.
John había tomado una distancia responsable. Realmente solo se había acomodando de su lado y a penas lograbas sentir el roce de su mano por debajo de las sábanas ocasionalmente.
Ambos estaban con la vista plantada en el techo que reflejaba la luz que se colaba por la ventana de la habitación, dejando que los finos destellos de los vehículos que pasaban.

Creiste que John ya se había quedado dormido después de unos minutos. De reojo notaste que tenía los ojos cerrados y escuchabas su respiración profunda y relajada.
Levantaste un poco más la mirada para corroborarlo. Efectivamente, John yacía en un sueño claro, lo cual te sorprendió ya que, siendo un soldado podrías jurar que lo que menos tendría sería la facilidad para dormir.

Pero era obvio que, después de unos años de probar la vida citadina y la ocasional adrenalina con los casos de Holmes, John estaría agotado.
Al final, ese día tampoco había estado vacío de todas esas emociones extremas. Su cansancio extremo era entendible, a pesar de que en todo el resto de la tarde no había expresado estar cansado.

"Ocultas muchas cosas que sientes" pensaste mientras lo observabas, acomodandote en la almohada "¿No es verdad, John?"

Incluso podrías decir que su cuerpo parecía no querer demostrar que sentía el fresco de la noche. De vez en cuando los labios le tiraban pero simplemente el fruncía el seño. A pesar de que a penas traía puesta una camisa térmica de manga larga color gris y un pantalón de algodón oscuro.

Con tu mano arrastraste tiernamente la cobija desde su pecho para acercarla un poco más arriba de su clavícula y arroparlo antes de darle la espalda a John, ya que la luz de la ventana se había intensificado un poco y de tu costado izquierdo era menos intenso el reflejo.

Intentaste conciliar rápido el sueño. A pesar de que realmente estabas cansada, comenzabas a sentir el frío en tu piel más intensamente. Desde la espalda hasta las plantas de los pies se te congelaban un poco, pero no querías moverte demasiado para no despertar a John.
Por momentos sentías que tus ojos se cerraban y dormitabas, pero rápidamente volvías a despertarte al sentir que poco a poco tu nariz se enfriaba o que sin querer ponías un pie fuera de las cobijas.

-(N-Nombre)...- Escuchaste que te llamaba la voz de John entre suspiros.

-Ahh, John,¿Te desperté?-le dijiste, mirando un poco por encima de tu hombro- Perdón, no pensé que me estuviera moviendo mucho.

-No te preocupes, suelo despertarme en las madrugadas- te dijo con una voz somnolienta y aún sin abrir los ojos del todo- ¿Qué pasa?¿No puedes dormir?

-Pues...Creo que está algo fresco- susurraste sin poder evitar que tú voz se escuchara temblorosa.

-Creo que es verdad... A penas lo noté- dijo, dejando escapar un bostezo y frotándose el rostro ligeramente.
Entonces se giró sobre su costado izquierdo como habías hecho tú.
A pesar de que le dabas la espalda, sentiste su mirada cansada clavarse en ti.

-¿Quieres...acercarte?-Preguntó el doctor con genuino interés.

El estómago se te revolvió de repente. La sensación de nervios te recorrió y te hizo tragar saliva.

-¿Está bien, seguro?-Preguntaste.
En lugar de obtener una respuesta sentiste como la mano de John te rodeó por la cintura, acercándote tiernamente hacía si.
Nerviosa, dejaste que tú cuerpo fuera guiado por él, hasta sentir como tu espalda quedaba cubierta por el calor del pecho de John, firme pero de gentil tacto.
Recostaste tu cabeza sobre su bicep y pudiste sentir como su respiración recorría tu cuello desde la nuca.
-Si para ti está bien...para mí también- te dijo. Su voz se sentía tan cerca que casi sentías que te besara el oído.

Deslizó su otra mano desde su cintura hasta tu cadera.No pudiste evitar dejar salir un suspiro repentino al sentirlo tan cerca.
Inmediatamente, John pareció retractarse de su movimiento y, con nerviosismo, alejó su mano hacia arriba.

-P-Perdona.- se excusó con un tono más claro.- Si no estás cómoda con esto...

Entonces el doctor pareció con el afán de alejarse. Al parecer había notado que tal vez había actuado por un impulso imprudente.

Sentías como la sangre hervía hasta tus oídos, pero no te importó aquello.
Rápidamente, guiaste la mano de John, con la tuya, nuevamente hacia tus caderas.
-Está bien- dijiste quedamente.
Lo miraste nuevamente por encima del hombro. Sus rostros se encontraron muy cerca, sus narices casi se rozaron y, sin decir más, John asintió y volvió a relajar su cuerpo, dejando su mano en tu muslo.

Sentiste como tú zona lumbar ahora estaba unida en un abrazo muy cerca de la cadera de John, pero en ningún momento te pareció incómodo.
Incluso sentiste como poco a poco sus piernas se entrelazaban.

-Mis pies están fríos ¿No te molesta?- le preguntaste.

-Querida...La idea es calentarte, ¿No?- te dijo mientras dulcemente depositaba un beso en tu nuca.-Claro que no me molesta.

-Espero que sigas pensando lo mismo por la mañana- le dijiste y soltaste una risita nerviosa que se acompañó posteriormente de un bostezo.-Buenas noches, John.

-Buenas noches, (Nombre).-te contestó, contagiándose de tu bostezo.

Se quedaron ahí, arrebujados entre las sábanas que ahora parecían ser más que suficientes. La habitación parecía ahora el lugar más cómodo. Las luces de los autos que relucían en el techo eran más tenues...

Ya no tenías frío.

Caso sin resolver (John Watson x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora