[ t w e l ve ]

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Omnisciente.

El viento soplaba anunciando la posible llegada de un chubasco en pleno Agosto, el cielo y el sol se encontraba cubiertos por voluminosas nubes grises y el olor a humedad yacía en el aire. Unos cuantos anuncios de negocios locales temblaban ante la turbulencia del viento y una que otra bolsa de plástico revoloteaba en el aire.

-Grandioso, olvide mi paraguas. – Ironiza la Sra. Hwang mirando el grisáceo cielo sobre su auto, suelta un pequeño suspiro y detiene su marcha en la luz de transito roja. Mira a su hija más pequeña en el asiento de al lado, quien bastante pensativa miraba por la ventana del vehículo en completo silencio. - ¿En qué piensas, Amor? - Indaga picada por la curiosidad, pero la joven parece no escucharla. - ¡Suah! - La llama con fuerza esta vez logrando captar su atención.

-Lo siento, me perdí. - Se excusa dando un largo bostezo y estirando sus brazos hasta tocar el techo del auto con sus dedos. Se veía bastante cansada, pues había pasado su noche en vela pensando en la larga tarde que había pasado el día de ayer, repleta de emociones, tantas que ya ni siquiera sabía que sentir.

-Parece que no dormiste bien, ¿Hay algo por lo que deba preocuparme? – Vaya que había cosas de que preocuparse. Una de ellas era que los dolores de cabeza habían vuelto a pocos días después de haber terminado el tratamiento, otra podría ser que sus recuerdos iban regresando con bastante lentitud y en algunas ocasiones, alucinaciones se cruzaban entre ellos; o eso era lo que ella pensaba.

-Me desvele haciendo la tarea, nada importante. - Miente con el objetivo de no crear angustia en su madre, esta parece creerlo y le acaricia la cabeza con ternura. Pero su mano se aparta velozmente al ser sorprendida por un furioso claxon detrás de ellas, la luz había cambiado a verde y debía avanzar si no quería tener problemas con aquel apresurado conductor. Ambas mujeres ríen ante el repentino momento y se mofan de ello todo el camino hasta llegar a la escuela.

-Me tomaré el día para quedarme en casa. – Informa de forma imprevista. -Pasaré por ti temprano, puedes invitar a Chaewon a comer, hace mucho que no la veo. – Opina con una sonrisa, Suah asiente con emoción para después despedirse de su madre y emprender su camino hasta su aula de clase.

Los pasillos se encontraban desiertos y esto había sido una razón de preocupación para la chica. Rápidamente miro el reloj en su muñeca, dándose cuenta que tenía 5min de retraso. -Rayos. – Murmuro y apresuro su paso. Al llegar, el grupo era un completo desastre, todo mundo estaba de pie hablando en un tono bastante elevado, algunos parecían bastante molestos y otro simplemente estudiaban en silencio en sus respectivos lugares. Hyewon era quien impartía la primera clase y no podía verse a simple vista, al parecer Suah no era la única retrasada.

-Pude dormir una hora más, pero ni siquiera se dignó a mandar un mensaje de aviso. - La chica escuchó como una de sus compañeras se quejaba abiertamente con su grupo de amigas. «Algo anda mal.» Pensó al tener aquel panorama frente a sus ojos, está no era una conducta usual en sus compañeros. A veces lograban ser un poco ruidosos, pero la razón era porque la mayoría tenía una muy buena relación entre sí y siempre bromeaban entre ellos, pero ahora todos parecían ponerse de acuerdo para armar una gran protesta.

Suah caminó hasta su habitual lugar y colocó su mochila sin dejar de prestar atención a la situación. Divisó a Jeongin entrando por la puerta, quien, sin poder resistirse a su naturaleza de glotón, bebía un empaque de leche chocolatada de la forma más tranquila posible y un panecillo de mantequilla se encontraba en su otra mano, manteniéndose absorto a la problemática de su alrededor. La chica se acercó a él sin dudar y lo saludó con la mano llamando su atención.

No scars to your Beautiful ; Bang Chan.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt