[ eighteen ]

429 33 13
                                    

[🍭]

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

[🍭]

omnisciente

Respira, respira. Imploraban una parte de su mente, mientras que la otra mitad yacía apagada incapaz de realizar cualquier tarea. Tenía un nudo en la garganta, tan doloroso como si hubiera tragado una cucharada de filosas agujas, un desagradable sentimiento en la boca de su estómago que le provocaba unas inmensas náuseas. Suah tomó una gran bocanada de aire de golpe, llenando sus plumones de oxígeno hasta el tope. Bang Chan siendo un inesperado acompañante, mientras que minutos antes le había dicho que se encontraba trabajando, había sido una poca agradable sorpresa para ella; tanto que incluso había olvidado como respirar.

Lentamente sus ojos vagaron por Jiwoo y Chan, en un acto bastante masoquista; dándose cuenta que sus atuendos habían sido combinados como si de una pareja se tratase. Ella vestía un hermoso vestido rosado veraniego, con cortas mangas abombadas y algunos olánes en la terminación de su falda, a juego llevaba unos delicados tacones blancos y un bolso que colgaba de su brazo derecho del mismo color; además de su más preciado accesorio recién adquirido, quien vestía una camisola de mangas 3/4 en el mismo tono rosado que ella usaba, unos pantalones cargo color negro y una gorra a juego.

«Chris nunca usa ropa de un color que no sea negro, blanco o mezclilla. Supongo que por ella pudo hacer una excepción.» pensó la chica, auto saboteándose así misma. Jiwoo enredó su brazo en el de su acompañante y de manera cariñosa, recargó su mejilla en su hombro, Bang Chan ni siquiera se inmutó, pareciendo bastante acostumbrado a ese tipo de gestos. Ambos compartieron miradas por unos segundos, para después sonreírse mutuamente y devolver su atención al heredero de los Han. Eso había sido la gran cereza del pastel, la razón del dolor en el pecho de Suah y responsable de las tantas lágrimas que empapaban su rostro.

Se sentía estúpidamente traicionada. «¿Por qué me había ocultado que vendría aquí? ¿A caso pensó que me molestaría o tal vez solo está jugando conmigo? ¿Qué es lo que me había dicho por mensaje hace poco? ¿"Te extraño y quisiera verte, pero estoy ocupado"? ¿Esto era lo que lo mantenía tan ocupado? ¿Jiwoo?» las preguntas aparecían una tras otra en su cerebro nublado por inseguridad. En ocasiones pasadas, había llorado en su habitación, en los sanitarios, escaleras y patio de su escuela, en el jardín de su casa y muchos otros lugares más, pero jamás pensó que rompería en llanto en medio de una multitud.  Pero... ¿Como no hacerlo? Sus emociones, sentimientos, anhelos e ilusiones habían probado una corta estadía en lo más alto de una torre, para después ser lanzados al vacío. En este instante se atormentaba así misma por ser tan tonta e ilusa, «¿De verdad creí que Chan estaría conmigo? ¿Qué se sintió atraído por mí.... viéndome así? ¿Con este rostro y cuerpo horrendo, desaliñado y obeso? Soy tan tonta.» Lo único que anhelaba ahora era irse de ahí, huir, volver a casa y llorar hasta perder la conciencia.

Un sollozo bastante sonoro se escapó de su garganta, alertando a ambos chicos que se encontraban a su lado como si de sus guardaespaldas se tratasen. Claro, estaban cumpliendo con la tarea que amablemente Han Jisung les había otorgado. "— Cuiden bien a Suah, si algo le pasa, ninguno tendrá pastelillos gratis, además de que les pateare sus feos traseros.—" Aunque se sentían un tanto amenazados por aquello, esa petición había quedado de más; estaba claro que ellos cuidarían de ella, aún si Jisung no se los hubiera pedido, pues Suah tenía esa vibra de la niñita dulce que le aceptaba golosinas a extraños solo para no hacerlos sentir mal.

No scars to your Beautiful ; Bang Chan.Where stories live. Discover now