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Se hallaban entre la multitud de bots de distintas ciudades de Cybertron. Apenas llegaron al llamado de su líder. ¿Qué otra opción tenían?

Recordaba que en plena plática con su familia sobre los recientes acontecimientos un sirviente suyo les interrumpió para decirles que habían recibido dos llamados de ambos bandos pidiendo una respuesta. Su Señor fue quien tuvo la última palabra después de analizarlo bien.

Ofrecían las ubicaciones de encuentro para quienes aceptaran. Lord Wirguen tuvo que escoger por el que tenía más el as de ganar: los decepticon. Por primera vez en las cuarenta generaciones que han pasado, los Vargueryon tomaron un bando.

Su ciudad no sabía cómo iban a reaccionar los decepticons en cuanto vieran a sus líderes. Temían por la seguridad de ellos al ser pocos contra cientos de ellos. Raegan también temía por su seguridad. Hasta el momento, el camino que han tomado en su transbordador no les ha pasado nada.

Ahora, volviendo al presente, se encontraban avanzando entre todos los decepticons nuevos de ahí. Había ocho guardias protegiendo en caso de que alguien tratara de hacerle daño a sus lores. Algunos se les quedaban viendo por la apariencia salvaje que tenía su padre, otros por lo exóticos que les llegaba a ser.

—No deberíamos andar por aquí —murmuró Raegan a su hermano que estaba delante de ella.

—Es la primera vez que estamos entre tantos cybertronianos. Entiendo tu inquietud. Hasta la luz me lástima los ópticos.

Seguidamente puso su mano por encima de sus ojos para que está misma luz no le calara tanto.

—Tú estás casi todo el tiempo encerrado. Es normal que te afecte.

—Lo dice la femme que no sabe estarse quieta.

Frunció el ceño.

—Bajen la voz —los dos volean hacia Wirguen quien solo los miró por encima de su hombrera—. Déjenme hablar a mí. Ustedes guarden silencio. Estamos en terreno peligroso.

Ambos hermanos volvieron la mirada al frente. Jahera los miró, sabía que su señora madre pensaba en lo incómodos que estaba en ese ambiente tan tenso y hostil.

Un vehicon los detuvo, antes de que continuaran les pidió sus nombres y qué ciudad representaban. Como dijo su padre, dejaron que él hablara por ellos. El vehicon les informa que su líder estaría muy interesado en conocerlos con tan solo oír sus nombres. Siguieron con su camino.

Tardaron un rato en que llegaran frente a dicho líder decepticon. La primera vez que lo vio le dio miedo. Un gladiador que se volvió político, y ahora es el líder de un bando y ejército. Megatron le doblaba en tamaño, era de los leche más grandes que había visto en su vida. Y de los que más temía.

—De todos los presentes en este lugar, un nombre tan misterioso es lo que más resaltó hoy, Vargueryon —habló. Su voz lo hacía peor.

—Megatron —empezó su señor padre—, es un placer conocerlo en persona. Debo admitir que supo moverse más que nadie de aquí.

—Igualmente. Debo reconocer que no esperaba su asistencia. Pero no importa. Si está aquí será porque recibieron y aceptaron unirse a mí. Buena decisión, Wirguen.

—Yo solo espero que esta guerra no continúe causando estragos, aunque no puedo exigir tanto.

—Nuestro padre hablará con él, parece —le susurra Maen.

—Cállate. Recuerda que no debemos hablar.

—Dime, ¿ellos son tu familia? —los dos voltearon hacia él.

La mirada de su padre discretamente les pedía que respondieran.

—Un gusto, Lord Megatron. Soy Maen Vargueryon, próximo señor de mi casa. Ella es mi hermana, Raegan. Actualmente dama de nuestra corte.

La Última Vargueryon (TF Fic)Where stories live. Discover now