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He tomado tiempo tratando de recuperar a mis ejércitos, casi dos lunas sin parar atravesando el mar Dothraki.
Espero encontrar noticias sobre los inmaculados al llegar a Meeren, estamos muy cerca. Las pirámides se levantan frente a nosotros, imponentes podrían hacer sentir pequeño a cualquiera.
Kinvara debe de esperarnos aquí y si tenemos suerte los inmaculados deben estar con ella.
Más que una servidora del R'hllor ha sido una leal ayuda a mi causa, desde mi liberación de esclavos en Meeren hasta el momento en que me trajo de regreso.
Su profecia sobre mi y Robb Stark sigue siendo extraña para mi, jamás fui destinada con un hombre solo fui advertida de los peligros en mi vida.
Aquellos que ignore y me costaron todo lo que tenía.
A pesar del mal inicio que tuvimos, desde el momento que empezó a preguntarme todo sobre Westeros me parece menos irritante.
Sus propios fantasmas lo atormentan, quizás menos ahora que sabe que su familia esta bien.
Eso no significa que baje la guardia, no puedo confiar en un Stark por completo. Mis hijos siempre están protegiéndome al igual que mis guardias.
- Estamos cerca de Meeren ¿Qué nos espera luego de esto? - Daario me observa mientras avanzamos
- Espero que los inmaculados hayan creído en Kinvara y estén esperando en Meeren, no deseo atacar Westeros por ahora. Mis prioridades han cambiado - Velar por el pueblo de Essos fue parte de mi promesa cuando los libere y no voy a defraudarlos
- Es justo, la bahía de dragones necesita un gobernante pero ¿Qué planeas hacer con el Stark? - Deje de ver a Robb como una molestia hace poco tiempo
- Sabes es extraño, todo esto de la profecia y el hecho de que su familia sea mi enemiga no lo hace menos incómodo. Pero podría ser un gran aliado, el fue el último rey en el Norte y podría ponerlo de mi parte - No pienso ser una manipuladora como lo fue Varys o el famoso Littlefinger
Los lords de Westeros son ovejas ¿Tú eres una oveja? No. Eres un dragón, se un dragón.
Olenna Tyrell me dio el mejor consejo que quizá no esperaba, pero no voy a permitir que hombres vuelvan a pasar sobre mis órdenes.
Robb Stark esta verdaderamente destruido, el fantasma de Jeyne Westerling lo persigue junto a las sospechas de que su primogénito fue asesinado.
Me recuerda al inicio de mi vida, perdí a Rhaego mi primogénito que estaba destinado a unir todos los Khalasares en uno mismo para cabalgar hasta el final del mundo.
Lo vi, adulto luciendo como un Targaryen con aquellos peculiares rasgos de un Dothraki. Tuve que dejarlo atrás como a muchas personas que he amado.
- Lo he visto observadote muchas veces. Cada vez es diferente, extrañamente jamás he visto odio en su mirada. Empiezo a creer que le agradas o no te hubiera seguido todo este tiempo - Daario me observa con cierta curiosidad en sus ojos
Todo se volvió extraño desde esa noche en mi tienda y todas sus preguntas sobre Westeros. Terminamos hablando hasta el amanecer y parecía genuinamente interesado en mi historia.
He decidido hacerle un favor, podría serme útil después. Enviare algunos espías a explorar Westeros, y también a la chica Westerling.
- Majestad, bienvenida a Meeren lady Kinvara aguarda por usted - Sin siquiera sentirlo estamos a las puertas recibidos por un joven vestido en túnicas rojas
Los Dothrakis son guiados por Daario mientras busco a Kinvara quien aguarda al lado de una figura familiar.
Gusano gris.
Mis hijos me siguen en vuelo mientras el inmaculado me observa con asombro en su rostro.
- Mi reina, jamás creímos que estuviera viva - Se inclina ante mi pero no soy capaz de verlo así
El sigue siendo libre, no importa si he vuelto a la vida.
- Siguen siendo libres sin importar que haya regresado -
- Majestad, usted me nombro su maestro de guerra y seguiré sirviendo a mi reina hasta el final de mis días -
Mis hijos vuelan sobre Meeren y los antiguos esclavos observan con temor desde sus casas, mientras los inmaculados se empiezan a formar frente a la gran piramide.
Montada sobre el blanco caballo, me dirijo frente a todos aquellos que fueron mis soldados. Siento sus miradas algunos se inclinan con palidez en su rostro.
- ¡Targãrī azantī jemis! ¡Zaldrīzes Targãrī jemas! ¡Osh jemagon geralbar dēmalion separ erinnon- ¡Los Targaryen guían a los soldados pero el dragón guía al Targaryen! ¡Ustedes guiaran el camino hacia el trono y la victoria!
La gente empieza a salir de sus casas, observando mi ejército reunido y a mis hijos en el cielo.
Pero no los gritos Dothraki y las lanzas de los inmaculados, pueden hacer pasar desapercibida la mirada de Robb Stark.
Sus ojos fríos me siguen mientras me mezclo entre la multitud, expectante a mis movimientos.
Pero no puedo ceder ante las extrañas actitudes de un Stark, no de nuevo.
