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Daenerys ha desatado una tormenta en mi corazón.
A mi lado tan tranquilamente, con su cabello hecho un desastre y la luz del día iluminandola parece más que una simple mujer.
Se ve más hermosa que nunca, como si no perteneciera a este mundo.
Es extraño volver a sentir esa sensación de temor y euforia dentro de mi corazón. La necesidad creciente de protegerla, simplemente porque a mis ojos es una doncella frágil como si hubiera sido sacada de un poema.
A su lado duermo con tranquilidad, sin pesadillas o tortuosos recuerdos que me persiguen como viejos fantasmas.
Pero esa horrible pesadilla que me despertó con el temor corriendo por mis venas me tiene preocupado. El aullar de los lobos era ensordecedor, la oscuridad y el frío rodeándolo todo y derrepente un grito desgarrando el ambiente.
Cuervos sofocando el espacio, sobrevolando alrededor de un lobo muerto, mientras el llanto de una mujer hacia eco. El bramar de un dragón y su fuego al lado del eterno hielo.
Ni siquiera se que significa pero las viejas cicatrices en mi pecho arden como si acabaran de clavar las flechas en mi corazón.
La brisa de Meereen golpea mi rostro y el calor del sol que apenas empieza a alzarse ahuyenta un poco esa horrible sensación en mi cuerpo.
Pero mis pensamientos son interrumpidos por un grito de Daenerys. Se ve pálida y aterrada cuando hace un momento estaba durmiendo tranquilamente.
- ¿Qué sucede, Dany? - Apenas toco su rostro puedo sentir como hierve en fiebre
- ¡Dragonstone lleno de nieve y mis hijos asesinados! ¡No puedo vivirlo de nuevo Robb! - Sus ojos llenos de lágrimas y dolor me parten el alma
- Tus hijos están bien, nadie va a dañarlos y tu tampoco serás dañada. Ahora vamos debemos bajar esa fiebre - No conozco las habilidades de Daenerys, excepto por su inmunidad al fuego
Pero en Winterfell una fiebre podía llevarte a la muerte fácilmente.
Apenas conozco este lugar y no se nada sobre cuidados pero recuerdo a mi madre poniéndome paños mojados en la frente cuando enfermaba.
Ni siquiera encuentro alguna tela así que un pedazo de su vestido termina siendo un paño para empaparlo y colocarlo en su frente.
- No te muevas de aquí, llamaré a una de las sanadoras o a quien sea que pueda ayudarte - Apenas puede mantenerse despierta y eso me preocupa
Afuera no hay nadie y tengo que llegar hasta la entrada de los aposentos de la reina para encontrar algunos guardias. Ni siquiera se si hablan la lengua común pero parecen haber entendido.
Daenerys duerme de nuevo, luce pálida pero respira a cada momento. Ni siquiera me percato cuando Lady Kinvara entra a los aposentos.
- Lord Stark, he venido lo más rápido posible ¿Qué le ha sucedido? - La sacerdotisa se acerca a examinar a Daenerys
