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La espera se empieza a sentir como una eternidad.
Estamos en el muelle de la puerta del rio, el sol apenas empieza a salir. Brandon hizo llamarnos en medio la noche para darnos aviso de la llegada de Robb.
Mi hermano a quien llore en silencio durante una eternidad de noches, se presume vivo y prisionero de Daenerys Targaryen.
Las cosas se sienten irreales para mi, hace largos años perdí a mi familia y junto a ellos todas mis esperanzas. Ahora están regresando uno a uno, reuniendo la manada.
- ¡Se acerca una embarcación! - Uno de los vigías de la fortaleza alza un grito, rompiendo el incómodo silencio
Al acercarme al puente vislumbro el emblema Targaryen en la embarcación, mi estómago se revuelve ante el recuerdo de la guerra.
- ¡Atención! ¡Se acerca el estandarte enemigo! ¡Preparen armas! - Mis guardias reales me rodean, un campo de escudos se erige a mi alrededor
Brandon ni siquiera se inmuta, Arya y Jon mucho menos. A mi lado parecen tres fríos desconocidos a quienes no les importa enfrentarse cara a cara con la muerte.
Un grupo de extraños soldados que comanda Daenerys Targaryen son los primeros en bajar del barco. Sus lanzas y escudos resuenan en un golpe seco, protegen a alguien en el medio.
- Estamos aquí para proteger y morir por su majestad, cualquiera que ose en levantar sus armas será sentenciado a muerte - Uno de ellos eleva su voz, al mismo tiempo que los demás apuntan sus lanzas amenazantes hacia nosotros
- ¿De cuál "majestad" estamos hablando? - Arya sin temor habla de una vez
- ¡Su majestad Robb de la casa Stark, rey de la Bahía de Dragones y Lord de Dragonstone - Mi piel se eriza al escuchar esos títulos
Aquellos que escuche portar a la reina dragón en su corta estancia en nuestro continente, títulos que sólo podría portar por conquista, herencia o peor aún.
Matrimonio.
Ante nosotros se presenta la imagen de quien creíamos muerto. Un Robb con más dureza en su rostro de la cual recordaba, junto a un par de cicatrices de guerra y una barba más prominente; es escoltado por su aparente guardia personal.
Siento mis ojos humedecerse al mismo tiempo que Arya corre al encuentro con Robb, Brandon ni siquiera finge alegría al ver a su hermano vivo.
Con cada día que pasa puedo notar que mi hermano se fue para siempre.
Jon y yo nos observamos, ambos con preocupación en nuestra mirada. Los títulos de Robb no pasan desapercibidos para ambos.
No puedo evitar unirme al cálido abrazo, la cercanía de mi hermano es tan real como la última vez que nos despedimos.
