XLIV

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Daenerys

Mi cabeza da vueltas

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Mi cabeza da vueltas.

Puedo sentir mis aposentos girar sobre mi cabeza, un gran letargo en mi cuerpo.

Mis hijos inquietos desde hace tres días, no han dejado de sobrevolar la isla, atentos a cualquier amenaza.

Hace tres días llegó Lady Kinvara con un pergamino de urgente entrega a mis manos. Mi esposo cautivo en sus aposentos a manos de sus hermanos.

Nuestros espías trabajando desde que sale el sol hasta que se oculta en las penumbras de la ciudad. Al parecer Robb discutió con Jon sobre nuestro matrimonio, resultando en amenazas y peleas familiares.

Desde que partió una desagradable sensación se formó en mi estómago, un inminente temor a lo inesperado.

No es la primera vez que soy la mujer más poderosa del continente y aún así no ha importado al momento de perder a mis seres amados.

El malestar en mi cabeza no se aplaca, he interrumpido mi reunión con el consejo ante mi dolor.

Hace mucho tiempo no sentía una debilidad como esta.

Me observo ante el espejo de mis aposentos, círculos oscuros bajo mis ojos y mi rostro de un color blanquecino.

- Khaleesi, pa voktis mili jāelagon urnegon ao - Khaleesi, la sacerdotisa roja desea verla

- Verdagon zȳha iemnȳ - Hazla pasar

Lady Kinvara entra a la habitación mientras yo me levanto de mi lecho, su mirada preocupada no pasa desapercibida ante mis ojos.

- Su majestad, si usted me lo permite, quisiera - La sacerdotisa se detiene ante sus palabras observando mi cama con preocupación

- ¿Qué sucede, Kinvara? - Le cuestiono confundida ante su mirada

- Su majestad, su cama - Señala la pelirroja mis sábanas con una pequeña mancha de sangre

Rápidamente levanto mi vestido, bajo la pesada tela negra puedo ver el suave algodón manchado de sangre.

- Majestad, permitame revisarla - Kinvara habla con gentileza, haciendo una señal de que tome asiento en mi cama

- Esto es extraño, pero ya lo había vivido antes; cuando vague por el mar de hierba la primera vez que monte a Drogon sangre como la primera vez a mis dieciséis días del nombre - Amargos fantasmas del pasado regresan a turbar mi mente

¡Rhaego!  ¡Rhaego!  ¡Rhaego!

En el fondo de mi mente resuena el coro de voces, vitoreando el nombre de mi hijo que nunca vivió.

- Usted me hablo de una maldición, majestad. Una que una Maegi profeso sobre usted y su hijo - Kinvara me observa, su mano palpa mi vientre

- Nunca podría olvidarla. Cuando el sol salga por el oeste y se ponga por el este. Cuando los mares se sequen y las montañas se mezan como hojas al viento. Cuando tu vientre vuelva a agitarse y des a luz un niño vivo. Entonces volverá, no antes. Dudo mucho que mi difunto esposo vuelva a la vida - Mis voz se debilita, recordando el infierno en la tierra que viví en ese momento de mi vida

- Si me lo permite alteza, quisiera consultar las llamas con una gota de su sangre y de ser posible llamar a una de las parteras que se encuentran entre los Dothraki - Kinvara pone un paño húmedo en mi frente, recostandome en mi cama

- Haz lo que sea necesario, Kinvara - Estoy cansada y necesito recuperar mi fuerza por la guerra que se avecina

La sacerdotisa toma una pequeña daga, tomando mi mano pincha uno de mis dedos, la gota carmesí fluye por la daga y la pelirroja se dirige a las llamas que calientan mis aposentos.

El sueño se apodera de mis ojos y caigo en el reino de mi mente con rapidez.

Un fuerte dolor invade mi cuerpo, sudores fríos bajan por mi rostro en forma de cascadas.

- ¡Alteza es una niña! ¡La princesa de Dragonstone! -  Una voz hace eco en mi cabeza

- ¡Rhaella! ¡Rhaella! ¡Rhaella! - Un tumulto de voces vitorea el nombre de mi difunta madre

Siento un calor alrededor mío, casi como si estuviera envuelta en las flamas danzarinas.

- ¿Dónde está el padre de la criatura? Una princesa no puede obstentar el título si es una bastarda, una no reconocida - Una voz masculina, destila odio en sus palabras

- Daenerys Stormborn, el sol ya ha salido por el este y ya se ha puesto por el oeste. El mar se ha secado y las montañas han volado como hojas en el viento - Quaithe aparece frente a mi, llevando una vela de vidrio en sus manos

- Drogo no va a volver, tampoco Rhaego. La maldición de la Maegi quedó enterrada para mi hace muchos años - Mi voz hace eco en el vacío, la vela de vidrio brilla con más fuerza en las manos de Quaithe

- Observa tu misma, Daenerys Stormborn - La mujer camina y yo la sigo, un espejo se erige frente a mi

El reflejo se ve turbio, mis ojos no distinguen nada. La vela de vidrio es puesta a mis pies, iluminando mi reflejo.

Uno en donde me veo embarazada.

- No es posible, yo no daré hijos a nadie y eso tú lo sabes - Me mantengo firme, evitando ver mi reflejo por demasiado tiempo

- Recuerda mis palabras Daenerys, en las llamas has renacido dos veces. Dos vidas has vivido, ten cuidado de los enemigos vestidos de lobo. Cuidado con el león y el cuervo, la heredera del dragón nacerá de ti - La mujer se esfuma y yo vuelvo a la conciencia con un suspiro

- Majestad, creo que ambas hemos visto lo mismo - Kinvara me observa con ojos preocupados

- Es imposible Kinvara, yo no puedo dar a luz. He sido madre de mis dragones, ya he perdido tres hijos, no puedo perder uno más - La melancolía invade mi ser

Antes de replicar, la puerta es abierta por los inmaculados; dos mujeres Dothraki entran a mis aposentos.

- Khaleesi, kisha jinne vitiherat yer - Khaleesi, estamos aquí para revisarla

Asiento, mientras las mujeres empiezan a revisarme, ambas se miran la una a la otra cuando terminar.

- Yer mesilat Khaleesi. Kisha goshat - Está embarazada Khaleesi. Estamos seguras

Una debilidad invade mi cuerpo, siento mi cabeza dar vueltas. Si las cosas son reales, estoy esperando un hijo o una hija.

De Robb Stark.

Mi corazón late con fuerza, las tres mujeres me llevan rápidamente devuelta a mi cama.

- ¿Porqué hay sangre entonces? ¿Estoy perdiendo otro hijo de nuevo? - Me siento débil, demasiado débil como para perder otro hijo

No puedo ilusionarme con ser madre, no puedo permitirme tal clase de lujos.

- Majestad, las mujeres pueden sangrar en su embarazo y esto no significa que este perdiendo a su bebé - Kinvara me explica con gentileza

- Hazak zolle ki enta haj, Khaleesi - Eso significa que es un bebé fuerte, Khaleesi

Las palabras suenan como un eco distante en mi mente, tomo asiento en mi cama mientras una sola cosa inunda mi mente.

Peligro.

- Lady Kinvara, por favor llama al consejo, necesitamos reunirnos con prontitud. Que se preparen cuervos de inmediato, necesitamos enviar mensajes urgentes a nuestro aliados. Hay asuntos importantes que discutir - La pelirroja asiente de inmediato, saliendo de mis aposentos hacia la sala de la mesa pintada

A las afueras, mis hijos sobrevuelan, fuertes rugidos hacen eco junto a las olas del mar.

Instintivamente una mano se mueve a mi vientre, aún sin creer las palabras y visiones que se me han mostrado, me aferro a la idea de un hijo o hija.

Pobre de aquel que siquiera piense en dañar alguno de sus cabellos.

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⏰ Last updated: May 19 ⏰

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