DIECINUEVE

244 35 0
                                    

Narra Hoseok

El trabajo es genial, me mantiene ocupado, tengo un buen sueldo, excelentes jefes, maravillosos amigos y ahora un lindo departamento que fui arreglando poco a poco. Ahora estoy cumpliendo mi tercer mes de embarazo y mi vientre se nota un poquito. Para mi mala suerte me he desmayado un par de veces y nadie me dice nada por comer lo que se me antoje del restaurante.

Cindy siempre dice que mi embarazo es muy saludable y que todo está yendo de maravilla. En un mes o dos más podría saber el sexo de mi bebé y ya podría ir pensando en el nombre. Estaba feliz por mi bebé, pero siempre el ánimo se apagaba cuando recuerdo que ya no están mis personas favoritas.

Me ponía a llorar al pensar que Namjoon ahora ya debía tener a alguien más. Pensar que estaba susurrándole hermosas palabras de amor a otro, que le estaba haciendo el amor incontables de veces a otro. Eso realmente me dejaba sin ningún pensamiento positivo y me hacía llorar con un gran dolor en el pecho.

He llorado algunas veces en la cocina en mi descanso y he tenido a Iván cuidando de mí y reconfortándome. Todas me dicen que no llore mucho que eso también afecta al bebé y puede sentir rechazo de alguna manera, pero es que puedo estar feliz con ellos, pero dejé una vida junto a personas que eran mi mundo en otro lugar.

Me pregunto si Jin estará esperando una llamada mía. Creo que debe estar muy preocupado porque ya no hay manera de comunicarse conmigo. El correo por el que se comunicó fue eliminado luego de obtener el trabajo y yo guardé el número y el correo del restaurante para comunicarme con ellos apenas llegara. Pero aún no era tiempo de llamarlo, tal vez lo haga cuando nazca mi bebé aunque no le diría sobre ello porque trataría de hacer algo.

Me levanto de la banca del parque que está frente a mi departamento cuando Iván aparece en mi campo de visión. Hoy era sábado y el primer día de mis vacaciones por lo que tenía mucho tiempo para pensar y eso era lo que menos quería. Iván ya sabía todo, absolutamente todo. Ya no hay ningún secreto y supo entenderme bien y me dio el apoyo moral de un mejor amigo.

-Hoseok, debes abrigarte un poco más. Los días son muy fríos a mediados de diciembre y te puedes enfermar. Eso no es bueno para el pequeño.

-Todo está bien. Estoy con una camiseta, dos sacos y este gran abrigo. Medias y guantes.

-Usa una gorra y bufanda. Vamos a tu departamento para que te mantengas abrigado. Y debes usar otro tipo de zapatos. Esos no son para la nieve, te puedes resbalar.

Yo empiezo a reír porque se ve enojado, como si fuera mi madre. –Solo los usé porque quería estrenarlos. Vayamos a cocinar algo.

Lo bueno de tener a Iván era que me enseñaba noruego siempre que estábamos juntos, lo que significa casi todos los días. Y estaba avanzando bien por lo que ahora podría ir a otro lugar donde hubiera más nativos sin problema. Ahora podía tener una charla básica con un noruego sin problema. Es difícil, pero no imposible para mí.

Ambos saludamos al portero y luego vamos al ascensor donde ya hay varios de mis vecinos allí. Los saludamos por igual y jugando empiezo a hablar en coreano para que Iván con lo poco que le había enseñado me entendiera.

-¿Crees que me miren mal si hablo en coreano?- Iván me mira con una ceja levantada.

-No. Todos son extranjeros en este edificio y ellos hacen lo mismo.

-Has mejorado mucho. Me sorprendes.

-He estado estudiando para que tengas algo familiar contigo.

-Eres un bendito ángel- cuando llegamos a mi piso, se baja una vecina del departamento de a lado junto con nosotros y nos despedimos del resto. Por suerte el mío queda frente al ascensor y es más fácil cuando tengo cosas pesadas que meter. Ambos entramos y como ya es costumbre nos sacamos los zapatos. Era muy difícil para mí no hacer eso cuando llegaba por la costumbre y ahora Iván hacía lo mismo cuando venía.

-¿Sabes a lo que le he cogido asco?- digo cuando estamos en la cocina sacando ollas y los ingredientes.

-¿A qué?

-A las salsas, pero más a la mostaza. El solo olerlas me provocan nauseas. Ya las he votado de mi casa porque me hicieron pasar un mal rato.

-Espero que eso no empeore. Trabajas como chef y estás expuesto a mucha comida.

-Ese es mi miedo. Cogerle asco a la carne o al pollo. Sería imposible trabajar con esos ascos ya que estaría vomitando cada cinco.

-Dile al huevo que se comporte- ese era el apodo él le puso a mi bebé porque una vez me atrapó comiéndome un huevo a escondidas en la cocina y desde allí ya lo bautizó como huevo.

-Mi hijo no puede escucharme todavía. Pero espero no me dé muchos problemas.

-Es un niño, no esperes mucho de ellos- rio por ello y empezamos a cocinar mientras conversamos de cualquier cosa que salga de un tema. Es realmente genial tener a alguien haciéndome compañía cada tarde fría y desolada. Iván era un gran ángel en mi vida.

-¿Cómo debería llamarlo? Estoy muy indeciso por su nombre.

-Debe ser un nombre genial. Algo que te recuerde todo lo bueno de tu vida. Un nombre lleno de poder que le haga saber cuando esté grande que debe hacerle honor a su nombre.

-Creo que debería llamarse Nader o Nadir, es un nombre árabe, significa "raro y excepcional". O Liam, proviene del germánico y significa "voluntad de hierro". Y si es mujer quisiera algo como Charlotte que significa "pequeña y femenina" o Emma, que significa "grande, fuerte, inmensa, poderosa".

-Son bonitos nombres. Sería genial que se llame Liam. ¿Y su nombre coreano?- Iván toma los tomates para empezarlos a cortar.

-Myung Dae. Namjoon decía que quería un hijo con ese nombre y también me gustaba. Su significado es "una combinación de brillantez y grandeza". Será Jung Myung Dae. Y si es niña será Yang Mi que significa "rosa", Namjoon también quería una niña con ese nombre porque hubiese sido nuestro hermosa rosa.

Iván me sonríe con dulzura. -¿Él era tan genial? Lo digo porque cada que lo mencionas tus ojos brillan y tu rostro se alegra demasiado.

Aquello me toma por sorpresa y me quedo callado por un momento recordando lo maravilloso que era Namjoon. –Él es increíble. Siempre cuidó de mí, me consintió y nunca me hizo dudar de nuestro amor ni me dio razones para dudar de él. Desde el primer momento en el que nos vimos demostró su preocupación por mí y cuánto estaba dispuesto a arriesgar por mi bienestar. Cada día, hora y segundo eran maravillosos a su lado. Namjoon...

Sí, ya estaba llorando porque realmente le extraño y me hace mucha falta. El recordar todo lo que dejé a su lado me rompe emocionalmente y no puedo evitar arrepentirme por haberme ido. Sí, aunque me guste este lugar y mis nuevos amigos me arrepiento de haberlos dejado. Renuncié a todo lo que me hacía feliz por sentirme traicionado.

Iván ya estaba abrazándome y arrullándome para que dejara de llorar. Me abrazo con fuera a él y me dejo ir. Era malo llorar demasiado, pero me guardo muchas cosas y creo que eso es peor que desahogarme de alguna manera. Realmente extraño todo lo que dejé en Corea, deseo volver con todo mi corazón y pedir disculpas. Pero no puedo, papá no va a dejarme en paz una vez sepa que estoy por Seúl de nuevo y voy a provocar más problemas porque voy a tener a mi bebé. Si lo sabe, sé que hará algo para dañarlo.

-Todo está bien. Es normal extrañar a quienes amamos y dejamos atrás. Ya verás que al pasar el tiempo te irás acostumbrando más y olvidarás estos malos sentimientos que te deprimen y te hacen daño. Me tienes a mí a los chicos en el trabajo. Seremos tu nueva familia hasta que decidas irte.

-No me iré. Tengo que darle seguridad a mi bebé y sé que mientras mi padre viva será imposible- me abrazo más fuerte a él y empieza a acariciarme la cabeza.

-Cualquier cosa que decidas será una buena opción para ti y te apoyaré siempre, los chicos por igual y los jefes también. Ahora somos tu familia.

-Gracias, Iván. Eres mi ángel- realmente lo consideraba así, mi ángel guardián.

Un pequeño recuerdo de ti [NAMSEOK]Where stories live. Discover now