VEINTIDÓS

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Narra Hoseok

Supe que hice lo correcto cuando llegó mi noveno mes de embarazo. Había trabajado lo más que podía hasta que ya no pude moverme con mi vientre. Fue muy raro, porque hasta el octavo mes mi vientre estaba pequeño y podía moverme, pero llegó el noveno mes y como arte de magia salió a la luz y se hizo muy grande.

Por suerte estamos a comienzos del verano y será una linda época para que nazca YangMi. Un día de junio mi hija estaría naciendo y juro que solo de pensar en ello me provocaba demasiado nerviosismo. ¿Cómo sería aquello? Solo sé que ve a doler y que me arrepentiré de todos mis pecados en ese momento. Pero como lo dije antes, haría cualquier cosa por tener a mi bebé a mi lado.

Ahora veo una película en mi laptop porque no tengo nada que hacer y quería matar el aburrimiento. Iván estaba trabajando y las chicas igual, Jade estaba en la escuela enseñando a sus estudiantes por lo que esta vez no pudo estar conmigo. Eso era lo más difícil en este momento. Que nadie pueda estar ya en mis últimos días y que estando solo sea la hora.

Me pregunto si podré ser un buen padre. Después de todo no tengo conocimientos sobre lo que se debe hacer. Me separé a una temprana edad de mi madre y hermana y mi padre es un maldito perro que vivió atormentándome cada maldito día a su lado. No quiero cometer los mismos errores, pero eso ya era inevitable, le daría solo un papá y no sabría qué decirle si alguna vez me pregunta por él.

Sé que jamás le faltaría algo y que mi amor será incondicional, pero tengo miedo a que me reclame en un futuro por no darle una familia estable. Tal vez deba conseguir una pareja para llenar aquel espacio que sobra. Quizás eso me evite muchos problemas a ella a mí en la sociedad. Cuando YangMi tenga unos meses de nacida y recupere mi figura, buscaré alguna pareja para evitarme cualquier situación mala.

(...)

Cindy tuvo razón, mi parto estaba fijado para el quince de junio y solo un día antes ya estaba teniendo los dolores. No eran tan fuertes por lo que pude llamar a Iván y Jade para decirles que YangMi estaba en camino. Como estaba solo tomé la pañalera que ya estaba lista desde hace unas semanas y salí del departamento.

El dolor era un poco soportable, pero caminar era difícil y estaba empezando a agitarme. Tomé el ascensor y en unos minutos ya estaba abajo. Salí del edificio sin preocuparme por los de mí alrededor. Un quejido sale de mi boca cuando me llega un dolor más fuerte que los anteriores. Las personas me ven preocupadas y yo camino un poco más para detener algún taxi y así ir al hospital.

Como puedo me subo al taxi y con esfuerzo le pido que me lleve al hospital lo más rápido posible. Siento las gotas de sudor recorrer mi rostro y cada vez los dolores son más fuertes e insoportables. –Ya estamos cerca, señor. Respire profundamente.

Agradezco saber el idioma del país, pero ahora no me sirve de nada sus palabras. Me quejo por una contracción y asusto al chofer porque creo que hasta grité. Por suerte no he roto fuente porque mi bebé hubiese nacido en mi departamento o en la calle.

-Ya estamos aquí, pediré una silla de ruedas.

Asiento desesperadamente y él sale del taxi directo a urgencias. A lo lejos veo a dos enfermeros salir con la silla de ruedas. Uno de ellos me hace salir del taxi y es ahí cuando siento aquel líquido caliente resbalar por mis piernas. Por suerte no ensucié el taxi. Al chofer le doy el dinero que tenía a la mano y me dejo llevar por los enfermeros dentro del hospital.

-Cindy está encargada de mi parto. Por favor díganle que es hora. ¡AH!- no creo poder soportar este dolor. Duele demasiado y siento que me parto en dos. Si tan solo tuviera a Namjoon a mi lado tendría un poco de calma mental.

(...)

Narra omnisciente

Cindy había salido corriendo en su búsqueda y cuando le encontró ya con la bata y en la camilla le dio una sonrisa. Empezó a hablarle lindo y a dejarle caricias en su cabeza para relajarlo un poco ante el miedo que tenía.

Hoseok se quejaba por el dolor que estaba sintiendo en su cadera y pelvis. Trataba de respirar y mantener la calma, pero el dolor le cortaba la calma que quería mantener. Se distrajo un poco cuando Iván llegó junto a su novia y ambos asustados trataron de darle un momento de calma. Jade entró con él a la sala de parto cuando Cindy dijo que era hora de recibir a la bebé.

Por suerte no fueron horas de padecimiento como solía ser en algunos casos que estaban hasta tres días intentando dar a luz. Para Hoseok fue doloroso, pero cuando tuvo a su niña en sus brazos todo dolor desapareció de su ser y el llanto en vez de detenerse aumentó. Por fin podía tenerla así de cerca tomando leche de su pecho.

Cindy le había explicado que eran escasos los casos en que los hombres producían leche, pero supo que Hoseok era de esos pocos cuando le explicó la molestia en sus pezones. Luego estos empezaron a crecer poco a poco hasta que se notaron solo un poquito más de lo normal. No era como el caso de las mujeres que se notaba lo grandes que estaban por la leche. En el caso masculino estos se hinchaban un poco para que el bebé pueda lactar, pero no eran tan llamativos.

YangMi era una niña preciosa y sana que enamoró a los presentes. Cuando todo estuvo en orden movieron a Hoseok a una habitación privada a pedido de Cindy y lo llevaron junto a su bebé. Hoseok siempre iba a recordar aquella tarde de junio, donde tuvo a la persona más importante de su vida en sus brazos por primera vez.

Jade se encargó de informarle cómo fue todo el proceso a Iván y ella le indicó su mano roja por la presión que Hoseok puso en ella. Jade sufrió al ver el dolor por el que estaba pasando Hoseok, su cara de dolor, sus lágrimas, sus gritos de molestia y la fuerza al no rendirse ante todo aquello.

Ambos pudieron entrar cuando Hoseok estuvo calmado y con su niña en brazos. Los dos sonrieron de ternura al verlo tan cariñoso con ella. Como no se dio cuenta que ellos estaban en la puerta siguió hablando con ella como si fuese a entenderle. Le dijo demasiadas cosas llenas de amor y le aseguró que serían felices, que ella era ahora su mundo y que la adoraría hasta el final de sus días.

Iván grabó aquello y supo que Hoseok se avergonzaría luego, pero guardaría el video con mucho cuidado. –Felicidades, Leo. Tu niña es hermosa- Iván dice cuando Hoseok dejó de hablarle a la niña.

-Fuiste muy fuerte y supiste ser muy valiente. Tu hija estará orgullosa de tener un padre como tú.

-Te juro que cada noche de insomnio, de dolores de espalda, de llanto, de dolor en mis pechos valieron la pena cuando la tuve en mis brazos. Te juro que todo aquello se fue al carajo al tener a mi princesa conmigo.

-Charlotte va a ser una niña preciosa e inteligente igual que tú, Ho.

Hoseok mira a Iván y sonríe con pena. –Va a ser así por su otro papá. Ella es idéntica a él cuando era un recién nacido. Va a ser preciosa.

Sus ojitos se llenan de lágrimas al recordar a Namjoon y darse cuenta que no iba a volver a verlo y que él jamás sabría que tenían una princesa. Hoseok por dentro moría por regresar a Corea y volver con Namjoon. Quería decirle que ahora tenían una hermosa princesa por la cual luchar contra el mundo. Quería tan solo tenerlo a su lado justo en ese momento para compartir la felicidad que desbordaba todo su ser. Solo quería eso, pero no podía tenerlo. No ahora.

 No ahora

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Un pequeño recuerdo de ti [NAMSEOK]Where stories live. Discover now