VEINTIUNO

242 32 0
                                    

Narra Hoseok

Ya he cumplido mi quinto mes y ya grabé el video correspondiente. También fui a comprar ropa y cosas de bebé junto con Iván y Cindy que tenía dos días de vacaciones. Me llevaron a otra ciudad porque dijeron que había mejores cosas allí y que podría escoger sin problema.

Admito que me excedí al comprar cosas para mi hijo. Compré una cuna, un cochecito, pañales, mucha ropa de distintos colores y distintos estilos. Compré el kit de aseo más grande que había, compré juguetes, mantas, accesorios de todo tipo y uso, una computadora que no tenía que ver con mi hija pero la quería. Compré ropa para mí, compré zapatos para cuando creciera y para cuando lo sacara a pasear y se viera súper chula.

Compré gorras, baberos, tina de baño, andador, un cambiador de pañales, un monitor para cuando él durmiera y yo estuviera en otra habitación. Cindy e Iván también metieron muchas cosas a los coches que llevábamos. Llamamos mucho la atención porque literalmente teníamos los coches llenos y la mayoría eran cosas de bebé. Por suerte Cindy nos había llevado en su camioneta y pudimos cargar todas las cosas que compramos con ayuda de algunos trabajadores del centro comercial.

Si compré cosas que no iba a necesitar no me importaba, a mi hija le iba a dar todo. Pero el departamento iba a tener que esperar, me gasté mucho del dinero que tenía en una cuenta bancaria que abrí cuando empecé a trabajar.

Mi actual departamento no era malo, aunque era pequeño estaba en excelentes condiciones, estaba adornado a mis gustos, los vecinos eran geniales y ahora me sentía muy cómodo allí. Mi hija hasta los diez años dormiría conmigo y luego tendría que preocuparme por comprar una casa, ya no otro departamento. Era obvio que ella también querría privacidad y en mi actual vivienda sería imposible.

Cuando llegamos a mi casa ya era tarde y mientras Cindy e Iván metían las cosas a mi departamento yo les hacía la comida. Estaba cocinando porque ellos no me dejaron hacer mucha fuerza y me obligaron a cocinar para que no hiciera nada que me hiciera daño. Suspiré al saber que iba a tener mucho trabajo por hacer, arreglar todo iba a ser agotador. Tal vez les pida a las chicas del trabajo que me ayuden, estarían encantadas.

(...)

Y así se dieron las cosas, las chicas que tenían sus días libres venían a ayudarme sin problemas y la compañía que me hacían era genial. Hablábamos de cualquier cosa que se nos ocurriera y cuando poníamos música las sabíamos cantar a todo volumen.

Era genial pasar con ellas. Ya no solo en mi trabajo, era como tener un grupo de hermanas locas cuidándome. Con los chicos no era tanto de invitarlos a mi casa, pero en el trabajo éramos grandes amigos y me ayudaban a cargar cosas pesadas.

Ahora estoy en mi sexto mes de embarazo y emocionalmente he mejorado mucho, ya no suelo estar depresivo o triste. He aprendido a manejar bien las cosas en mi casi soledad. El recuerdo de los chicos ya no es tan doloroso y ahora recordarlos no me hace llorar, solo tengo un pequeño sentimiento de anhelo, pero que cada vez más va desapareciendo.

Mi vientre ha crecido considerablemente y casi no salgo de la cocina. Me quedo preparando la comida tratando de no agitarme mucho, aunque es complicado porque en estas fechas es donde más se llena el lugar y hay más pedidos. Trato de no ser una carga y aunque suelo cansarme no pido un solo descanso, es duro, pero prefiero eso a que me vean como una carga en el restaurante.

Por suerte mi asco a las cosas quedó en las salsas y en la piña. A esa cosa no puedo verla ni en pintura, el olor me hace vomitar enseguida al igual que las salsas esas. De allí no he tenido más molestias, ni nauseas, ni antojos raros.

También tuve momentos maravillosos cuando empezó a moverse para hacerse notar más. Fue una experiencia increíble y que se quedará en mi corazón para siempre, los primeros movimientos de mi pequeña. Puede que exagere, pero grabé todo aquello y lo iba a añadir al video que iba a hacer. Cualquier cosa que pasara con ella lo grababa, ya sea cuando se movía, cuando conversaba con ella o le cantaba algo, todo estaba guardado en videos.

Cindy estaba feliz mostrándome tips para que no tuviera estrías luego, para que no se me dificultara el día del parto y para que llevara mi vida sin estrés. Iván también era otro pilar fundamental para mí en estos momentos, aunque su novia solía ponerse celosa cuando pasaba muchos tiempo conmigo logró entender las cosas cuando nos presentó.

Ahora ella era otra persona importante para mí, y solían venir juntos a mi casa para visitarme en mis días libres, y si Iván trabajaba ella venía los tres días y no me dejaba solo nunca. Hasta hicimos una promesa, que ella iba a entrar a la sala de parto cuando fuera la hora. Así de cercanos nos hicimos.

Cada vez faltaba menos para conocer a mi niña y estaba emocionado, pero muy aterrado a la vez. Cada que me ponía a pensar en ello me daban crisis existenciales y el miedo se apoderaba de mí, eso hasta que alguno de mis amigos aparecía para brindarme estabilidad y buenos consejos. En serio vuelvo a confirmar que tuve mucha suerte en toparme con ellos.

Un pequeño recuerdo de ti [NAMSEOK]Where stories live. Discover now