Veintitrés

250 31 0
                                    

Hoseok recibió muchas visitas y regalos de sus amigos y jefes al día siguiente. Todos halagaron a su bebé, dijeron que no parecía una ratita mojada como suelen parecer todos los recién nacidos, que era linda y daba demasiada ternura. La nena era tan relajada que no le inmutó que la pasaran de brazo en brazo. Ella seguía dormida sin importarle el mundo.

Estuvieron en aquel cuarto hasta que la hora de visita terminó. YangMi se despertó minutos después para pedir comida con su llanto adorable y Hoseok le dio el pecho enseguida. Era doloroso, pero no iba a dejar a su hija sin comer, sus pezones dolían horrores cada que ella succionaba y hasta le hacía llorar, pero Cindy dijo que al pasar los días el dolor desaparecería y que darle de comer sería otra cosa linda de ser "mamá".

No le molestaba si su hija o los demás quisieran decirle mamá y no papá. Ya que él le dio a luz y la alimentaba cada dos horas. Es más, estaría feliz si le dijeran mamá porque era un título muy grande e importante para él. Su mamá fue un ser lleno de luz que adoró y sigue adorando, sería maravilloso ser llamado así. No importaba si era hombre, él quería ser llamado así. Además los otros hombres que han tenido hijos también se hacen llamar mamá y no tiene importancia en su género. Valía más el significado de ser el progenitor.

(...)

Hoseok decidió contratar a alguien para que cocinara, limpiara y le cuidara durante los primeros meses hasta que pudiera moverse libremente y sin dolor por toda su casa. El chico era un tipo de enfermero personal y Cindy fue quien le recomendó y Hoseok no dudó en contratarlo porque iba a necesitarlo.

Él era muy eficiente y era muy amigable, no hubo aquella tensión de ser desconocidos y tener recelo sobre el otro. David era americano y muy guapo, pero Hoseok no sentía aquella atracción que sintió por Namjoon desde el primer momento en el que lo vio.

Pero eso no le quitaba lo guapo y lo respetuoso que era con él y su princesa. Era muy delicado con él cada vez que le pedía ayuda como por ejemplo; para ir al baño y caminar aquel tramo. También era gracioso y sabía mantener un buen ambiente en todo momento. Hoseok creía que si llegara a conocerlo un poco más decidiría que él fuera su pareja. Pero claro, llegando a conocerlo más que dos meses.

Hoseok estaba feliz porque su nena estaba creciendo cada vez más y ahora se mantenía más tiempo despierta. Siempre la grababa y la fotografiaba porque era hermosa, tenía su ojitos chocolates y la forma de dragón de los ojos de su padre. Su boca era pequeña y rellenita y aunque se notaba poco tenía grandes hoyuelos en sus mejillas como los de Namjoon. Los de Hoseok estaban sobre la comisura de sus labios y no los tenía su nena. También tenía cejas abundantes y pestañas largas, su cabello era de un marrón muy oscuro y su carita era redondita y rellenita.

Era toda una masita preciosa, como suele decirle Hoseok. Él está cada vez más encantado con ella, con sus pequeños gestos y con cada movimiento que hace con sus pequeñas y rellenas extremidades. Así es el amor de un padre, cada pequeña cosa que hace su retoño es una grande hazaña. Hoseok es el padre más orgulloso de su pedacito de cielo.

-Charlotte y tú se ven geniales. Son realmente hermosos- Jade dice cuando Hoseok sale de su habitación con su pequeña hija que recién se había despertado del largo sueño.

-Es agotador ser mamá. Si no tuviera la ayuda de David ya me hubiese vuelto loco.

-Él es guapo- Hoseok entiende el tono de su amiga y le mira con reproche. –Se nota que también le interesas, Leo. Deberían empezar a conocerse de otro modo.

-También me di cuenta, pero siento que es muy rápido. Solo lleva dos meses con nosotros y creo que debo conocerlo un poco más.

-Él es el indicado. Te trata muy distinto a lo que un empleado y jefe son.

-Somos amigos ahora, pero voy a esperar un poco más.

Jade deja de hablar cuando ve a David salir de la cocina con una charola llena de bocaditos y té. Era obvio que David sentía algo más porque siempre estaba mirando a Hoseok, lo cuidaba como si fuera un delicado cristal que amenaza romperse. También cuidaba de Charlotte como si fuera su niña, y siempre le prestaba mucha atención a Hoseok como si fuese lo más importante para él.

Sería un gran problema si Hoseok no llegara a corresponder aquellos sentimientos. Jade estaba segura que el pobre terminaría destruido y renunciaría a su trabajo por no querer ver a Hoseok de nuevo.

Ahora mismo estaba sonriendo como bobo a su jefe mientras le recomendaba pintarse el cabello que ya lo tenía largo. Sería mejor si Hoseok le pusiera un pare desde ahora si no quería nada con él. Ahorraría muchos problemas y decepciones más dolorosas.

(...)

Cuando Hoseok pudo salir de su casa normalmente fue cuando YangMi cumplió tres meses. Aquel día tomó el cochecito nuevo, varias mantas. Una pañalera llena con un cambio de ropa, pañales, pañitos húmedos, talco, crema para las rozaduras y muchas otras cosas más.

Vistió a su hija con un enterizo de oso panda y la cubrió bien dentro del choche luego de darle una buena cantidad de leche para que no tuviera hambre en la calle. Se puso ropa bonita y esperó a que David timbrara para irse juntos a dar una vuelta.

El timbre sonó y con emoción empujó el coche para ir a la puerta. La abrió y sonrió al ver a su enfermero bien vestido, ya no con el típico traje que usaba dentro de su departamento.

-Te ves bien- Hoseok dice para romper el hielo.

-Lo mismo digo de ti. ¿Listo?

Hoseok asiente y van al ascensor luego de asegurar la puerta. Era una salida de amigos como le explicó Hoseok a David, una salida para conocerse más y empezar a ser más cercanos y quién sabe luego de un tiempo empezara una relación estable.

Un pequeño recuerdo de ti [NAMSEOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora