𝟣.-𝖬𝖺́𝗌 𝖽𝗂𝖿𝗂́𝖼𝗂𝗅 𝗊𝗎𝖾 𝗆𝖺𝗍𝖺𝗋 𝗎𝗇 𝖻𝗎𝗋𝗋𝗈 𝖺 𝗉𝖾𝗅𝗅𝗂𝗓𝖼𝗈𝗌.

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Estaba parado en tremendo horizonte teñido de verde chillón, de ese que lograba cubrir gran parte de aquello que en su imaginación solo podía concebirse como un peladero e' chivo, ¿tas loco? Si así de bello era todo eso hasta yo recogía mis macund...

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Estaba parado en tremendo horizonte teñido de verde chillón, de ese que lograba cubrir gran parte de aquello que en su imaginación solo podía concebirse como un peladero e' chivo, ¿tas loco? Si así de bello era todo eso hasta yo recogía mis macundales y me iría a vivir en tan apoteósica hermosura silvestre.

Pero un momento, ¿qué hacía ese gafo parado en medio del horizonte llanero tragando moscas?, ¿estaba perdido?, ¿su familia se cansó de su gafedad y lo dejó tirao' en el monte? Ve tú a saber, pero lo que nuestro pana sabía, era que estaba en el medio de la nada, así, de repente, como si Maduro hubiese renunciado al mandato y hubiese quedao' pegao' en el aparato meditando qué coño estaba pasando.

—Bien bonito, yo estaba era viendo un maratón de Teresa, ¿qué coño e' la madre hago aquí?, ¿el huracán se llevó mi rancho? —decía aquel chico de cabellos castaños llevando una mano a su cabeza pa' rascarla en un evidente rostro de confusión.

El chamo se puso a ver pa' los laos, ubicando su rancho o por lo menos a alguien, el caio' de la mata de su hermano, el pato de su mejor amigo o siquiera un pelabolas que lo sacara de ese hueco, del país, que coño se yo.

En eso se podía vislumbrar una figura a lo lejos, alguien sobre un caballo, nuestro amigo no veía un coño, así que entrecerró los ojos más de lo que su raza le confería y se llevó una mano al entrecejo, intentando ver quien venía pasando a salvarle la patria.

A medida que se fue acercando, notó que se trataba de un tipo, alto, papiao' y moreno, vestía unos pantalones de jean que le quedaban brinca charco y una camisa blanca sin mangas y con aberturas a los costados que dejaban bucear esos brazotes que estaban como Dios manda.

La cara no se le podía ver, tenía la mirada gacha y un sombrero pelo e' guama sobre su cabeza, evidentemente nuestro pana no sabía qué hacer, el tipo se acercaba hasta él y no sabía si dejar la peluca o pedirle la cola en su caballomóvil.

Pero antes de poder modular una respuesta, aquel tipo frenó ese caballo blanco justico en frente de él.

—Disculpa—decía chasqueando los dedos pa' que el tipo subiera la mirada—¿de casualidad no sabes por dónde andamos?

—Nadie lo sabe, jeñol—contestó el tipo con voz un tanto gruesa—pero si uste' me acompaña, podemos echarnos una averiguá.

Y cómo si esa respuesta pudiera convencerte más que la paja de un político en campaña, zas, se subió a como pudo en ese caballo, sintiendo el olor a cachapa que desprendía aquel misterioso hombre, ¿será que llevaba unas caleta con queso?

—Agárrese duro, se puede caer compa—habló nuevamente el tipo tomando sus manos para colocarlas alrededor de su cintura.

Y nuevamente, antes que dejar el pelero, nuestro amigo que no parece venezolano de lo confianzuo' que es, accedió a las órdenes del moreno, yendo más agarrao' que vieja en moto y aprovechando aquel bug pa' meter mano.

CARAOTA﹐ ÑEMA Y TAJÁ ;; 𝐧𝐚𝐦𝐣𝐢𝐧.Where stories live. Discover now