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El "quiquiriki coñoetumae" del gallo de Hoseok fue el que despertó parte de esa cuerda de locos, y digo parte porque de Namjoon Jacinto se sabía el nombre, como fue el único que se durmió temprano, a las cinco se paró y al sartico fue a parar las patas pa' Guárico con el capataz Diego, a hacer un trabajo, o al español, "a perderme pal coño e' su madre y evitar verle la cara a Seokjin pa' ponerme peor de lo que estoy".
Y es por eso que los otros carajitos se levantaron fue a rastras ya a las seis, Yoongi se dio cuenta de que se paró tarde y tenía que ir a regar y salió fue mandao', Hoseok Fabricio más atrás que ni con los cuatro pocillos de guayoyo se le iba el sueño, por estar hablando con Yoongi Jeremías hasta las tres de la mañana, y de último, el pobre Jungkook, que cargaba la cara el doble de hinchá, por el sueño y por andar chillando.
—Namjoon, Namjoon...—el capataz Diego no sabía si seguir chasqueándole los dedos en el aire o meterle o solo coñazo pa' que se avispara.
—Ah, perdón, es que ando medio dormío vale. ¿Qué decía?
El capataz lo vio medio rarito pa' después negar y recostarse de la cajuela de la camioneta, a un lado de Namjoon, de brazos cruzados.
—Que vengas pa' ayudarme a subir las cajas que están allá 'dentro—dijo señalando y Namjoon ni muy muerto ni muy vivo, asintió y piró pa' dentro.
—Diego—llamó y el capataz volteó—se le va a caer la billetera.
—A coño—era cierto, la vaina esa estaba era colgando del bolsillo quien sabe como.
Y se acomodó su vaina, sin embargo, se le llegó a caer una fotico al suelo, y como Namjoon es burde colaborador y educao', no contribuyó en la osteoporosis del pobre hombre y se agachó para recogerla y dársela.
—Vermo...—suspiró el capataz como agüevoniao' viendo la fulana fotico.
—¿Y eso? —Namjoon se asomó como buen chismoso, notando que la fotico en cuestión, era de una mujer de cabellos negros bien bella—no me diga que uste' también tuvo sus andanzas porai—dijo codeándo al capataz que sonrió en plan de: uy si, pero cállate pofavo.
—Yo creo que todos lo hemos tenío' Namjoon—respondió el hombre—en mi caso ella era hija mayor de los señores que eran los viejos dueños de la hacienda de los Oropeza—Namjoon asintió—bueno, cuando yo estaba más carajito me acuerdo clarito de como la conocí, ella juraba que una yegua de su establo se había pasao' pal fundo y yo que tenia esas yeguas contaítas estaba claro de que eso no era así, pero ella siguió con la vaina y a la final me mandaron a irle a buscar la yegua, entonces nada, yo encontré al fulano animalito yendo a parar las patas pa' donde los Arismendi. Y cuando se la fui a dar, fue que la conocí más, me había dao' cuenta de que no era tan camorrera como cuando buscaba a su yegua, y bueno, yo como el propio pendejo me enamoré de ella, pero era obvio Namjoon, su taita era estricto, ese no iba a deja' que la hija estuviera con un pelabolas, por lo que lo de ella y yo duró muy poquito, en estos días me encontré a su hermano por allá arreando las vacas, hablamos un sartico por la tela y él me contó que la hermana está afuera del país.
